Seguramente éste sea un disco inferior a sus dos notables discos anteriores, pero a diferencia de aquellos, “Infinity On High” cuenta con varios hits en potencia más definidos. Para empezar, han sido capaces de sorprender y al mismo tiempo triunfar en las listas con “This Ain’t A Scene, It’s An Arms Race”, un hitazo como la copa de un pino que acabarás aborreciendo por sobreexposición mediática. Con un inicio a lo Backstreet Boys, un estribillo efectivo y un final apoteósico, estamos sin duda ante uno de los singles de la temporada.
A remolque del tema nos encontraremos con muchas otras piezas con posibilidades de éxito como “Hum Hallellujah” –con ese encubierto homenaje a Jeff Buckley-, la resultona y cercana en intenciones a Maroon 5 “Thanks For The Memories”, “Bang The Doldrums” o “I’ve Got All This Ringing In My Ears And None In My Fingers”.
Desgraciadamente no todo el trabajo está al mismo nivel (¿tendrá que ver que hayan contado con productores tan distintos como Babyface o Butch Walker?). Los intrascendentes medios tiempos con piano como “Golden” o la anodina recta final empañan algo el resultado de una obra que les catapulta a la división de honor que ya ocupan grupos como My Chemical Romance.
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