La carrera de los californianos aún no se ha recuperado del hiato creativo que se tomaron en 2008. Un parón justificado por su líder pero que ha lastrado la carrera de la banda. Su ultimo largo data de 2011, con aquel irregular "If Not Now, When?", así que este disco es aunque no lo quieran su ultimo cartucho. La última oportunidad de enderezar el rumbo y de volver a la liga de las estrellas. Al parecer por las ventas en iTunes podríamos decir que están de vuelta de nuevo. Mientras Korn parecen recuperar algo el pulso y Deftones están girando con éxito presentando uno de sus mejores trabajos, Incubus lo apuestan todo al ocho negro. Un disco que por lo visto comercialmente está funcionando pero que habrá que ver si el contenido vale la pena, si hay futuro o es todo fruto de la nostalgia.
La rabia punk inicial de "No Fun" y la fuerza de "Nimble Bastard (New Mix)" se va diluyendo poco a poco en cortes donde las melodías son las claras protagonistas. Canciones con mil texturas musicales donde la voz de Brandon brilla en su hábitat más natural, los medios tiempos llenos de épica. Pero es una épica algo impostada, un trabajo irregular que entra muy bien al oído por la producción de lujo de Dave Sardy (Marilyn Manson, Fall Out Boy, LCD Soundsystem...). Canciones como "Glitterbomb" o "Familiar faces" son cortes notables pero inofensivos. Y eso en una banda como Incubus es imperdonable. Este es un disco poco arriesgado creativamente hablando, un disco que alterna momentos muy acertados con absolutos ladrillazos infumables. Los días de "Morning View" (01) quedan lejos y aunque lo intentan se quedan a medio camino. Parece que sus fans han vuelto a depositar su esperanza en ellos, pero en mi opinión la banda no esta a la altura. Y ese es el gran pero de todo en esta vida.
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