Analizando el historial que atesora Dave Grohl a sus espaldas a nadie se le escapa que es un tipo de lo más solvente. La mala noticia es que a estas alturas de la jugada a Dave Grohl cabe pedirle que sea brillante o al menos que sea algo más que correcto.
“In Your Honor” es un esfuerzo honrado por sacar lo mejor de si mismo, pero la fórmula no da para más. Con “The Colour And The Shape” alcanzó su cenit y, tras aguantar el tipo en sus dos siguientes discos, la redundancia le ha arrastrado a un callejón sin aparente salida creativa. Si alguien dijera que suena pasado de moda, sería cruel pero daría en el clavo. Yo, sin ensañarme, prefiero hablar en términos de excitación y por más que lo intento no consigo alcanzarla. Tampoco el segundo y acústico disco me ayuda a cambiar esta percepción, aunque debo reconocerle cierto mérito desde el momento en que me resulta más interesante que el primero. Pero interés y excitación no siempre confluyen y aunque Dave Grohl juegue a emocionar con la acústica y unos lejanos, por sutiles, arreglos, no lo logra, porque resulta demasiado impostada.
Pese a ello demuestra que sin ser un genio puede hacer bien cualquier cosa que se proponga, pero eso es algo que todos sabíamos de antemano.
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