Sorprendido quedo ante la historia que nos cuentan los miembros de la banda en MySpace tras su accidente el pasado mes de agosto por Rusia y que ha dejado al sexteto bastante mal parado, algo que podía hacer peligrar el futuro de un grupo bastante sólido y que, tras la escucha de “Imperium”, merece aún más nuestros respetos.
Porque poco común es en un estilo como el hardcore encontrarse con un disco formado por un único tema de cuarenta minutos; una impresionante, contundente y compleja ópera dividida en múltiples partes entrelazadas sin descanso en la que los gallegos, navegando entre screamo, crust y metal, no dudan en someternos a diferentes niveles de intensidad y en los que predominan las altas velocidades –a veces un tanto repetitivas- y las voces asfixiantes aunque dando algunas pequeñas treguas a golpe de post-metal. Y es que más allá de unos textos de carácter político en un poco entendible castellano y algunos achaques caídos en los tópicos, sus mejores virtudes estriban en el vigor y la crudeza con las que saben mantener arriba todo el minutaje. Una obra a la que deberían prestar atención.
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