Goldstar
DiscosImperial Triumphant

Goldstar

9 / 10
Jaime Tomé — 10-04-2025
Empresa — Century Media
Género — Metal

Impresiona que una banda integrada únicamente por tres miembros y creada por alguien que aún no tiene ni treinta y cinco años (el fenomenal Zachary Ezrinque, vocalista y guitarrista) sea capaz de crear algo tan técnico, abrasador, original y, a la vez, tan caótico. Algo todavía más notable si consideramos que no son nuevos en esto. Con "Goldstar", su sexto álbum y tercero editado bajo Century Media, han vuelto a hacerlo como mejor saben sin perder en absoluto el rumbo.

Imperial Triumphant siguen siendo una rara avis dentro del death metal, una banda que disfruta sumergiéndose en el lodo para hacer de su música un monstruoso híbrido vanguardista que recuerda tanto a Mr. Bungle o Frank Zappa por su experimentalidad, como delira en territorios jazzísticos, especialmente en algunos detalles de percusión y en las perfectas líneas de bajo de Steve Blanco (las comparaciones con Jaco Pastorius o Steve DiGiorgio de Death tienen más sentido del que puede parecer -¡ojo a esos efectos y slaps en "Gomorrah Nouveaux"!-). Todo esto sin dejar de lado en ningún momento el death metal más brutal y complejo de bandas como Gorguts o Portal.

En este nuevo artefacto se recrean en una ciudad de Nueva York distópica y surrealista, con una imaginería art déco maximalista que transporta a los años 50 entre compases raros, samples perfectamente encajados, guturales y melodías psicodélicas y apocalípticas, sacando en todo momento sus mejores cartas y encajando cada golpe en tan solo treinta y ocho minutos de puro delirio febril.

Críticos con el decadente e individualista mundo moderno consumido por las guerras, el capitalismo extremo y la avaricia humana (representada simbólicamente en sus doradas máscaras), logran dar lo mejor de sí mismos una vez más en ocho canciones, permitiéndose incluso un guiño tan sutil como magnífico al compositor barroco Händel, sampleándolo y fusionándolo con lo que parece el sonido ambiente de unos niños jugando en el patio de recreo en la genial "Hotel Sphinx". ¿Cómo es posible esto? Y, ¿cómo es posible que el final de "Industry Of Misery" guarde similitudes con "I Want You (She's So Heavy)" de The Beatles? Yo tampoco tengo la respuesta, y esa es parte de la gracia de este disco, que incluso te hace sonreír de lo absurdamente elegante, divertido y prodigioso que es.

Por su capacidad de superarse a sí mismos, por ese sonido tan pulido y brillante, por esa estética reluciente de sus trajes, máscaras e instrumentos, por esos continuos arreglos y detalles que vas descubriendo poco a poco con cada escucha entre docenas de capas de pesadez, y por, entre tantas cosas, la inclusión de elementos como un anuncio radiofónico de los años 50 que evoca al famoso "Mr. Sandman" de The Chordettes en la homónima "Goldstar", vale la pena brindar al cielo agradeciendo la existencia de estos tres individuos.

Si te gusta el metal extremo y tienes la mente abierta al vanguardismo y la mutación de este (o si has disfrutado de trabajos recientes de Blood Incantation, Oranssi Pazuzu, Krallice, Ulcerate, Pyrrhon o Zeal & Ardor), siéntate en tu lugar favorito, abre tu mente y dale una oportunidad a "Goldstar". Probablemente te sentirás desubicado con muchas cosas debido a la fusión tan loca de elementos en este masivo collage, en el que colaboradores recurrentes como Tomas Haake de Meshuggah (haciendo spoken word en dos temas) y Yoshiko Ohara de Bloody Panda (gritando cosas ininteligibles en la cercana al grindcore "NEWYORKCITY"), además de Dave Lombardo de Slayer y Fantômas en la samba tribal death metalera "Pleasuredome", participan aportando su granito de arena.

En "Goldstar" no hay un hit que sobresalga especialmente sobre el resto de las canciones, y está a años luz de que sus temas funcionen como fragmentos aislados. Todo tiene su sentido y espacio. Date el lujo de dejarte llevar por todo lo que puede ofrecer una banda de este calibre propulsada por la creatividad y el conocimiento del vasto terreno de la música sin dejar de lado las percusiones de Kenny Grohowski, probablemente el mejor batería que existe ahora mismo en el metal, jazz fusión y rock experimental. La verdad es que sobran las palabras.

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