Aunque la música de Imarhan suene elevada, espiritual y psicodélica, hay que tener en cuenta que nace del dolor. El desert rock, como se le llama a este estilo de músicos tuareg del norte de África (no confundir con el desert rock de Kyuss y las Desert Sessions de Josh Homme, aunque tengan el insert de la hipnosis en común), género popularizado por Tinariwen -con quienes Imarhan colaboraron en este mismo disco y otras ocasiones-, tiene el poder de lo cultural, excediendo a las caprichosas decisiones políticas. No responde exactamente a una nación (hay músicos y grupos de cualquiera de los territorios bereberes) sino a una enraizada forma cultural de ser. De allí que para los occidentales pueda resultar suficientemente exótico según el entrenamiento que tenga el oído y apertura la “mentalidad musical”.
En "Aboogi" el grupo toma su carácter más melancólico y reflexivo y propone un viaje de sutilezas sonoras. No se encuentran guiños a algunos de sus más reconocidos hits como “Imarhan”, “Assossamagh” o “Taharbot” (todas de su disco Imarhan de 2016), animadas piezas de rítmica contagiosa y quizá se echen algo de menos, pero saliendo de la subjetividad del gusto personal, hay que decir que "Aboogi" es un disco lleno de sensaciones, de percepciones, menos “foráneo” y más autóctono que su anterior trabajo de estudio.
Sin apelar a la explosión de psicodelia casi Hendrixiana que usan artistas como Bombino o Mdou Moctar, el Imarhan de Aboogi sabe incorporar con delicadeza la parte “rock” del género que practican y eso hace que la escucha se enriquezca, ganando en el mensaje subliminal y sin quedar nunca expuesta a la obviedad.
"Aboogi" es un disco de búsqueda y respeto hacia las raíces, no por nada la banda cambió su estética con guiños a Occidente por las vestimentas clásicas tuareg y un video (el de “Achinkad” que abre el disco) en su hábitat natural, el desierto. Con la excepción de “Assossam” y el final de “Andar Newlan” (en la que colabora Gruff Rhys de Super Furry Animals) que exponen rítmicas animadas, la totalidad de "Aboogi" navega en la tranquilidad de la reflexión y la sabiduría de la experiencia.
Adriano Mazzeo
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