La banda madrileña Whisky Caravan repasó el repertorio de sus tres primeros discos de estudio en el álbum en directo “No sueñan fantasmas” (20), en lo que podía interpretarse como el cierre de una etapa. Pero ha llegado el momento de seguir adelante con todas las fuerzas, enfrentarse al papel en blanco tras la pandemia. Ellos, lejos de achantarse y apostando además por la autoedición, se atreven con un disco de hasta catorce canciones. Un larga duración en toda regla en el que ponen toda la carne en el asador. Lo han hecho de la mano de José Caballero (productor de discos como “Agujeros de gusano” de Izal o “Cartas de navegación” de Shinova), quien siendo como era seguidor de la banda se los llevó a sus estudios de Aranda del Duero, Neo Music Box. Y juntos, han conseguido lo que buscaban: guitarras elegantes, baterías contundentes y arreglos de piano. Todo ello acomodando las crípticas letras y la grave voz de Danny al frente, una seña de identidad y marca inconfundible del sonido que se ha ido labrando paso a paso la banda desde su gestación en 2015.
Es cierto que las canciones más potentes y pegadizas fueron las elegidas como singles de avance –“Imaginaciones”, “Enemigos” y “Algo en que creer”–, pero escucharemos cosas interesantes a lo largo de todo el minutaje. Desde los matices a lo The Cure de “Gigantes” –sobre todo gracias a los teclados del también guitarrista Víctor Fraile– a la garra guitarrera de “Mi ingravidez”, pasando por la épica de “No dejes que me lleven”, ese medio tiempo con el piano como protagonista que es “La última vez” o la acústica “Kintsugi”.
“Imaginaciones” es un disco de rock de los de toda la vida, a la vieja usanza, largo, pero lleno de matices que vamos descubriendo con cada nueva escucha. El whisky de esta nueva ronda entra mejor que nunca.
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