I'll Be Neon Too

Quizá sea una perogrullada, pero este redactor cree firmemente que Big City ha sido una de las mejores bandas que ha poblado la escena independiente de este país. Así, como suena. Una afirmación basada en conciertos insultantemente impecables, pero también en una serie de discos de sonido exquisito y ambicioso, de trato casi obsesivo en busca de aquel detalle con el que rematar (que no saturar) la canción de pop en sus múltiples afluentes.

Al frente del ya desaparecido combo zaragozano estaba Javi Vicente, aka Carasueño, que después de ejercer como productor y/o colaborador para artistas como Tulsa, Le Parody o Alondra Bentley, publica ahora el que es su álbum de debut en solitario. Una obra en la que vuelca también todas esas valiosas cualidades y que, tal y como cabría esperar de un tipo con oído superdotado, luce un aspecto intachable. De algún modo, el autor coge el testigo en donde lo dejó con Big City, trayendo de vuelta esas texturas acogedoras de apariencia acicalada y ataviadas con melodías sugerentes que arrastran tras de sí al oyente.

También luce con intensidad esa visión poliédrica del pop en sus manifestaciones, que aquí derivan en diez gemas de variadas formas y tamaños. “I'll Be Neon Too” suma mayoría de indie-pop, pero remata la jugada con electrónica y toques de americana, mientras el espíritu de Deerhunter, Alex Chilton, The Postal Service, Jeff Tweedy o Sufjan Stevens parece insinuarse en canciones como la inicial (y esplendorosa) “Empires”, “Genzor” (sentido homenaje al amigo que partió antes de tiempo), “The Midnight Sun”, los siete minutos de “All This Snow Will Turn Into Fire” apuntando a Wilco, “Weirdest Flower” o “Hired Hands”.

“I'll Be Neon Too” es un disco precioso, coherente en sus diferentes tonalidades y direcciones, al tiempo que jugoso gracias, precisamente, a esas maneras de entender el pop plasmadas en la referencia. Un trabajo con la firma de uno de esos creadores que parecen condenados a brillar desde las sombras. Un hábitat en el que quizá el autor encuentre confort e inspiración a la hora de dar salida, con el mimo y la pausa necesaria, a ese talento que se esconde tras su creatividad.