Hay figuras musicales semejantes a Atlas, el ser mitológico griego que cargaba el peso del mundo sobre sí. Fuera de símiles prosaicos y arcaicos, uno podría tener la sensación de que el mítico vocalista noruego Ihsahn viene a representar esa poderosa figura titánica en el metal de nueva generación, cargando sobre sí el peso de toda una filosofía compositiva. Su presencia puede servir para explicar la transición de sonoridades más extremas, crudas y grandilocuentes a composiciones más sofisticadas y comedidas – muy especialmente si fijamos la atención sobre su trayectoria en solitario.
En “Das Selenbreechen” (13) pudimos observar por primera ocasión las primeras incursiones del líder de Emperor en territorios más experimentales en los que, salvo honrosas excepciones, brillaba el sonido sobre la composición, idea que se revirtió en clave de hard rock progresivo en “Arktis.” (16) a través de estructuras y acercamientos sónicos más convencionales. Cinco años más tarde observamos que la – dichosa – ley del péndulo se cumple e Ihsahn regresa al campo de lo textural en “Ámr” (18).
No obstante, el grado de riesgo en este sentido parece haberse reducido sustancialmente y con él algunas premisas que se tambalean peligrosamente, como la producción. Bajo el espejismo de una instrumentación plenamente acomodada en el uso de los sintetizadores – un buen trampantojo musical para el oyente de tímpano más calloso – se trata de transmitir una idea de vanguardismo vacía y efectista en la que las texturas nunca llegan a estallar del modo más deseable. El lastre de la sobrecompresión y las artificiosas harmonizaciones vocales que ya pudieron observarse en su anterior trabajo sólo hacen que acentuar los peores vicios de sus recursos musicales, a los que se le suma un minimalismo compositivo aprehendido de sus socios Leprous del que no siempre resulta victorioso. Buen ejemplo de ello podría ser la apertura “Lend Me The Eyes Of Millennia”.
Si bien es cierto que la elección de un single de apertura como “Arcana Imperii” no es precisamente la mejor forma de resumir el álbum, existen, por otro lado, cortes que logran renovar la fe por Ihsahn: “Where You Are Lost And I Belong” o “Twin Black Angels” entregan brillantes episodios de la más genuina ejecución vocal de la trayectoria del músico enmarcada en sosegados acompañamintos que dan un respiro entre la excesiva saturación del largo en general. Por su parte, “One Less Enemy” e “In Rites Of Passage” nos devuelve el reflejo más vanguardista y salvaje de un personaje que, de puro milagro, perpetúa el interés en su figura – muy a pesar del clímax forzado que pretende representar el tema biseccional “Wake” como cierre. Un trabajo abrupto que sintomatiza a la perfección los extraños tiempos de crisis creativa e identitaria que vive la música progresiva, quedando patente hasta en los más célebres representantes del género.
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