IENNEI
DiscosInoren Ero Ni

IENNEI

8 / 10
Kepa Arbizu — 25-10-2016
Empresa — Bidehuts
Género — post hardcore

Cuando se reunieron hace ya más de diez años Mikel, Okene y Drake, integrantes de aquella formación inclasificable llamada BAP!!, con Borja Iglesias, procedente en este caso de Purr, y tras descartar la reactivación de pasadas aventuras, el resultado fue el surgimiento de un nuevo proyecto denominado Inoren Ero Ni. Con el paso del tiempo, la banda ha ido sufriendo de manera casi rutinaria alteraciones en sus componentes, llegando al punto actual con Guantxe y Mariano Hurtado como aliados de los únicos dos mentores supervivientes (Okene y Borja). Ellos son los responsables, por lo tanto, de este nuevo trabajo.

La elección de un título como “IENNEI”, término con forma de acrónimo y palíndromo, es una buena analogía para dibujar a un grupo que apoyado en el post-hardcore, desde sus postulados más agresivos hasta otros envolventes, apuesta por composiciones que se alejan, o cuanto menos no van en la búsqueda, de estructuras lineales. Son capaces de construir así pasajes sonoros complejos que sin embargo, y es uno de sus puntos determinantes, no adolecen de fuerza ni se disipan en viajes rimbombantes. Características todas ellas que se reflejan como en ningún otro momento precisamente en estas nuevas composiciones.

Utilizando las palabras del escritor Paddy Rekalde inician el trabajo con “Pantera emea”, en la que ya se vislumbra buena parte de las constantes musicales que palpitan en él. Por ejemplo unas insistentes, en este tema casi más que en ninguno, e incisivas bases rítmicas a lo Shellac que se imbrican con el propio dibujo vocal, creando una atmósfera tensionada y con una clara predominancia instrumental. Elementos que alcanzan una mayor presencia en una canción como “Karramarro”, descarada visión del negocio musical, debido en buena medida a la forma de interpretar prácticamente recitada. “Zorri bilatzaileak”, basada en los versos de Arthur Rimbaud, se ubica en un contexto algo más melódico mientras que “1000 y 984”, en la que por si no fuera poco explícito su título la voz desgañitada del cantante repite el nombre del George Orwell, supone una andanada realmente impactante en la más pura esencia Fugazi.

Por si toda esta sucesión de electricidad y nervio no hubiera sido suficiente en la creación del mundo personal de la banda, incluyen dos temas instrumentales. En ellos, optan por un mayor grado de sutilidad pero manteniendo esa angustia palpable a lo largo del álbum, utilizando elementos que nos pueden recordar desde Warren Ellis a David Eugene Edwards, ya sea en “Juegos en el árbol del ahorcado”, en la que predomina una atmósfera desértica, o en la más tenebrosa “Final en la caja del muerto”.

“IENNEI” se convierte así en otro fascinante capítulo en ese mapa sonoro que los de Andoain son capaces de reproducir, y en el que por si fueran pocos alicientes, integran también en ese incómodo -usado aquí únicamente como antónimo de complaciente- manejo de ritmos un discurso de igual adjetivo. No dominan el pulso de las redes sociales, ni su actitud les lleva a ocupar portadas, pero Inoren Ero Ni poseen lo verdaderamente esencial: hacer de la música una experiencia revulsiva, atractiva y sugestiva para el oído y la mente.

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