No se puede hablar de una obra de Tinariwen sin contextualizar el pensamiento en el costado cultural/histórico del proyecto. “Idrache”, que significa “rastros del pasado” en tamasheq -la lengua tuareg, en grave peligro de extinción según los músicos de su escena-, es un disco recopilatorio de demos, versiones alternativas y algunos outtakes que ven por primera vez la luz. Todas canciones grabadas entre 2006 y 2008 que expresan la riqueza antropológica del proyecto, probablemente el grupo de “desert blues” más importante de la escena.
Actualmente con base en distintas locaciones al sur de Argelia debido a la crisis política en Mali, el grupo del veterano Ibrahim Ag Alhabib lanza este disco apuntando a sus seguidores más radicales, pero también como souvenir del extenso tour actual del grupo y, de paso, deja alguna que otra joya para nutrir su catálogo.
Ejemplos de esto son la animada “Tenhert” con su línea vocal que podría definir al rap del desierto, también “Amoss Idjraw”, el corte de difusión en el que las hipnóticas voces caen a la perfección en los huecos que le propone la rústica percusión. Sobre el final “Tenere Dafeo Nikchan” cambia el tercio a nivel estética sonora, entregando texturas de demo y por ende sonando tan crudo y real como la propia historia de la banda, que a comienzos de los 90s eligió guitarras por metralletas en las rebeliones tuaregs.
Más allá de que a un álbum recopilatorio no se le puede pedir coherencia o dinámica, “Idrache” es un documento de escucha atrapante y, como siempre sucede con esta banda y otras del género, si uno se da el tiempo para atender al entorno de estos sonidos en sus orígenes culturales, la escucha más allá de atrapante puede ser reveladora.
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