Si hacemos un rápido repaso a las andanzas de este amigo americano, hay que reconocer que la cosa tiene su guasa. Nacido en California, se hace hombre en Detroit, se muda a Nueva York en busca de un éxito, que le llegará en un Londres que lo adora y que le proporcionará el suficiente dinero como para instalarse en la soleada Florida. Un periplo vital que también se encuentra reflejado en este espectacular debut (por ventas y repercusión mediática) que ha supuesto “I Get Wet”.
El desparpajo comercial sin complejos típicamente californiano, la rabia acelerada del punk rock de la ciudad del motor, la espectacular magnificencia de Nueva York y, como lazo del regalo, bastante de la vacuidad de cartón piedra de Miami. O lo que es lo mismo, mucho ruido y pocas nueces, aunque la jugada le haya salido redonda gracias a temas de la inmediatez saltarina de “Party Hard” (todo un himno para una nueva generación de teenagers); “Take It Off”, “I Get Wet” o evidencias de la altura de “I Love NYC” que lejos de sonrojar al autor, le engrandecen la cuenta corriente.
Una fórmula, ya manida, consistente en pillar melodías pegadizas a lo Cheap Treak y subirles los bpm hasta el nivel de, por ejemplo, unos Motorhead, aunque eso sí, con una base rítmica muy machacona que invite al desenfreno de las masas sin más ganas de comerse la olla (“Party Til You Puke”). Algo así como un “ultra-mega-power pop” con la suficiente cara dura como para que funcione y mucho.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.