El segundo trabajo de los suecos reitera, sin resultar redundante, en las armas ya esgrimidas en “Bring ´Em In”. La fórmula no puede ser más diáfana: amalgama de influencias, desde Eric Burdon hasta The Hives pasando por la Velvet, el r&b sesentero o las bandas garageras de los setenta.
El secreto de Mando Diao está en la mezcla: el resultado de “Hurricane Bar” no se queda en mero revivalismo de ocasión, sino que la yuxtaposición de huellas ajenas y méritos propios fertiliza en un torrente sonoro incontinente de principio a fin y resistente a cualquier acción hemostática. La frenética energía de “Clean Town”, “God Knows” o “White Wall” combina a la perfección con las melodías esponjosas de “Ringing Bells”, “Added Family” o “Next To Be Lowered” y todavía queda espacio para pequeñas joyas como “Cut The Rope” o “Annie´s Angle”. Quién nos iba a decir a quienes tanto disfrutamos con “Bring ´Em In” hace un par de años que su continuación iba a alcanzar cotas todavía mayores, sin dejar los espacios muertos de su estreno, y llevándonos a un paso de la rendición total ante la pericia de este grupo de imberbes suecos.
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