Hasta la fecha los discos de Hurray For The Riff Raff los enclavábamos siempre dentro de los trabajos dedicados al folk, el folk-rock o la música de raíces estadounidenses. Sin ir más lejos, un álbum como “Small Town Heores” fue incluido en nuestra lista de 2014 que recogía los mejores discos de Americana de aquel año. Y, aunque solo hayan transcurrido 7 años desde entonces, cuando uno escucha este “Life On Earth” (22) parece que haya sido una eternidad. Es más, diría que Alynda Segarra bien podría haberse desprendido del pizpireto y sonoro nombre de Hurray For The Riff Raff para presentarse con el suyo propio, pues su nuevo álbum es una refundación musical e incluso personal en toda regla. Y eso que su anterior disco, el excepcional “The Navigator” (17) ya había progresado hacia un rock americano matizado y salpicado por su herencia puertorriqueña que establecía un toque diferencial que lo hacía único y especial.
Todo ha mutado en este “Life On Earth”. A penas queda rastro de bluegrass, blues o country de sus inicios y, consciente de lo difícil que resulta enclavarlo dentro de un estilo particular, la propia artista se ha sacado de la manga el calificativo de 'nature-punk'. Y lo hace porque el disco gira alrededor del desastre natural al que vamos encaminados en este mundo post-pandémico. Solo hay que ver la foto de portada del álbum para descubrir a la propia Alynda vestida como una especie de Tank-Girl post-apocaliptica con la imagen de uno de esos bayous de Louisiana al fondo. Ese inspirador paisaje de su Nueva Orleans de acogida, cuya naturaleza se ha colado en los surcos del disco con la misma fuerza que esa advertencia de que el mundo está en llamas y hemos de hacer algo al respecto de una vez por todas. Así, el álbum discurre con una pasmosa variedad de registros que impiden que sea asimilado con facilidad en las primeras escuchas. Es uno de esos discos que requiere ser amansado, pues su salvaje veracidad, su autenticidad cruda y su libertad creativa, hasta cierto punto áspera, precisa de cierto interés por parte del oyente para ser degustado. Si alguien espera un viaje sencillo, se ha equivocado de vía. Pero si al final decide adentrarse en él, ganará un compañero de viaje ideal que no para de crecer a cada nueva escucha.
¨Life On Earth” es por tanto un punto y aparte en la carrera de Alynda Segarra que puede no guste a todos los seguidores de su música. Un salto necesario para afianzarse dentro de la canción alternativa de autor y sumarse a la tradición que iniciara Patti Smith, refrendarán Ani DiFranco, Aimee Mann o Fiona Apple y estallara en el nuevo milenio con un buen número de cantautoras indies como Julien Baker, Adrianne Lenker, Phoebe Bridgers o Waxahatchee. Mujeres que han sabido aportar esa otra mirada femenina, austera y underground a la música estadounidense. Ahora Alynda aporta su visión. La de una mujer de origen puertorriqueño crecida en Nueva York, que un día decidió ponerse el mundo por montera hasta que recabó en la muy musical Nueva Orleans, convirtiéndola en su centro de operaciones. Una ciudad en la que sufrió la crisis devenida por la pandemia en sus propias carnes, que le ha llevado a esta especie de refundación para la que ha contado con la ayuda del productor de indie-rock Brad Cook (Waxahatchee, Bon Iver) con el que ha construido esta macedonia llamada “Life On Earth”. Un disco que debe escucharse del tirón y que cuenta con canciones lo suficientemente ganadoras como “Pierced Arrows”, “Rhododendron” o “Saga” para asegurarse un directo en que captar la atención y que pronto tendremos la ocasión de disfrutar por estos lares. Así que sacúdete los prejuicios, abre tu mente, olvida el clasicismo que hasta ahora había marcado su música y déjate llevar por esta nueva propuesta mucho más personal y exigente.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.