Hurley

Lo primero es lo primero. Olvidémonos de la portada. Sabemos que la banda de Rivers Cuomo nunca se ha caracterizado por la creatividad de sus presentaciones -la única excepción, la evocadora postal de “Pinkerton”-, pero si con “Raditude” daban ganas de echar a correr, con este freakie homenaje al Hugo de “Perdidos”, los de Los Angeles se han acabado de lucir. Más allá de eso, el contenido de “Hurley” es... Weezer, claro. A estas alturas, ya nada sorprende en el campo de visión de Cuomo. Estrenándose en un nuevo sello, el ya mítico Epitaph, el cuarteto vuelve a hacer de si mismo y entrega diez nuevos temas, menos de un año después de su último “Raditude”, con todos los síntomas de los últimos discos de la banda. Lo bueno, el plantel de colaboradores de lujo en las tareas compositivas, desde los creadores de éxitos Desmond Child y Linda Perry al rockero Ryan Adams, y las melodías memorables, que siempre se acaba sacando Cuomo de la manga, y que en este caso responden al nombre “Memories”, “Ruling Me” y “Hang On”. Lo malo, la sensación que de Weezer ya no se puede esperar ningún factor sorpresa ligado con la genialidad que envolvió sus tres primeros álbumes, y que no nos queda otra que conformarnos –cada poco, al menos- con un algo más de lo mismo, que fluctuará entre el no-está-mal o el pues-está-bastante-bien, dependiendo del estado de inspiración de Cuomo en ese momento. Este año toca ración de lo primero. De la versión del “Viva la vida” de Coldplay incluída entre los bonus tracks mejor hablamos otro día.