Si bien sus temas pueden remitirnos a veces tanto a cierta corriente estatal de rock con sabores melódicos y carácter extrovertido -caso de los singulares La Célula Durmiente- o con las vertientes del riff más comercial –sobre todo con una banda tan hábil como The Unfinished Sympathy-, en sus notas básicamente hallaremos los aromas del emo melódico americano, pero también, y preferentemente, las de ese rock de carácter más hedonista y bailongo que no duda en poner en marcha bombo y charles para dar brillo a las pistas.
Y aquí es cuando el cuarteto Twelve Dolls da en el clavo, mostrándose francamente acertados a la hora de plantear las melodías –incisivas, pegadizas y con bastante gancho-, con las cuales poder despuntar dentro de una escena nacional aún algo huérfana en estas lides. Un álbum de debut en el que los valencianos se muestran potencialmente interesantes, hábiles a la hora de recorrer a los referentes –muchos, pero bastante bien conjuntados- y, lo que es mejor, con temas que te enganchan a la primera. No olviden su nombre.
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