El cuarteto londinense pasa por ser, junto a Black Sabbath y Deep Purple, los padres del rock duro y uno de los grandes renovadores del concepto de rock, en todas sus connotaciones, durante la década de los setenta. Su separación en 1980 ha hecho que la aureola mística que rodea su legado haya permanecido inalterada y acrecentada, al contrario que la de sus compañeros de generación.
Su guitarrista y colíder, Jimmy Page, ha sido el encargado de cuidar y actualizar los archivos de la banda, mientras Robert Plant trataba de labrarse una carrera en solitario, desdeñando la mayor parte del tiempo nuevas vinculaciones con la banda madre. Este año le ha tocado el turno a la joya de la corona de cualquier reedición en una banda de este calibre: la revisión de la discografía original, en nuevo packaging y con extras inéditos.
Tras una primera tanda con los tres primeros discos, llega el turno de lo que para muchos son sus dos mejores trabajos, cénit de su carrera. Como viene siendo habitual, está la opción para fans adinerados con extras para aburrir y formato de lujo, la posibilidad de cd sencillo o vinilo, remasterizado por el propio Page, y la opción de doble compacto. Nos limitaremos a revisar ésta última, opción lógica para la mayoría de fans con ganas de hincarle el diente a grabaciones inéditas sin dejarse medio sueldo en el intento.
El primer cd nos presenta las obras originales, con un sonido algo más nítido, pero poco perceptible en la mayoría de equipos. El segundo incluye remezclas alternativas de los mismos temas, que pueden servir como pequeño aliciente para aquellos seguidores del grupo que hayan aburrido de tanto escuchar las tomas originales -más teniendo en cuenta que la banda nunca fue muy aficionada a pasar demasiado tiempo en el estudio. Curiosamente –y de forma imperdonable, tratándose de ediciones dirigidas a fans-, estas entregas dobles deciden despreciar las contraportadas originales (especialmente sorprendente en el caso de “Houses of the Holy”, con la mítica composición de Hypgnosis, aquí cercenada) en favor de una irrelevante muestra en negativo de la portada. Además, la calidad gráfica pierde definición y brillo, y los libretos no aportan más que unas pocas fotos de la época.
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