Hopeyard

Con naturalidad y maestría. Así se presenta en sociedad Nin3s, uno de esos productores que si bien lo tenía ya en un pedestal gracias a sus anteriores quehaceres firmando como Uner, ha quedado manifiesto con el lanzamiento de “Hopeyard” que su ruptura con tiempos pasados ha sido tan total como fascinante. Una renovación radical y entiendo que necesaria y natural.

Salta a la vista, incluso antes de empaparnos con la música de este ‘renacer’ del artista, como los títulos acuden en auxilio de esa necesidad de cambio y renovación mental. “Ascension”, “The Tunnel”, “Simulation Happiness” o “Scars” pueden ofrecer muchas lecturas, pero ya os digo que acertaréis pensando en luchas personales y momentos complicados que, si se rebasan con ingenio, pueden dar lugar a una obra potente y vital. Es el caso.

Definitivamente se adivinan muchas cosas a la hora de escuchar las canciones de “Hopeyard”. Nin3s ejerce de equilibrista del sonido atreviéndose con electrónica contemporánea que se derrite entre lamentos cinemáticos. Incluso jazzísticos y neoclásicos. Un corte que dispara las sensaciones en esta dirección es “Ascension”, un instrumental refinado y emotivo. Se vuelve a salir con la suya en “Darkness In The Backyard” donde se presiente un naufragio del que, poco a poco y gracias a acordes oscuros pero medicinales, vamos saliendo a flote. Sí, todos. Una de esas piezas que ayudan mucho a reflexionar sin quedarnos fritos en el sofá. Personalmente encuentro en este tipo de cortes cierta cercanía con la propuesta de grandes proyectos como Apparat, The Cinematic Orchestra e incluso con uno de los dúos que más me apasionan desde siempre: Fila Brazillia. Aunque sin el toque funk de los británicos.

Apuntar que el bueno de Nin3s también teje hilos, da puntadas aliándose con grandes voces como las de Irvin Suave en “The Tunnel”, Ellis Hudson en “Times” o por supuesto Toshi en “Khokhoba”, uno de los dulces más ricos y exóticos de este álbum de debut. El sentir viajero del leridano –no lo dije, pero lleva un tiempo residiendo en los Estados Unidos– está presente al explorar también los aires ancestrales del África Austral. Hermosísima canción que también hemos podido degustar visualmente gracias al videoclip de Fauna Nocturna / Cubica Creative.

En este capítulo de asociaciones, remarcar igualmente la participación por partida doble de Teal Jazz. Se trata de una artista cubana –música de vientos- que ha colaborado anteriormente con artistas de la talla de Chucho Valdés o Pat Metheny. Los títulos a tener en cuenta son “Adeve” y “Scars”. En ambos se nos seduce con free jazz y repiqueos electrónicos en constante cambio de humor. Trastean con lo minimalista y lo épico. Estructuras en constante expresión. Muy contento al percibir todo esto ya que justo se me acaba de indicar el camino a seguir cuando acabe de escuchar y escribir sobre “Hopeyard”. Me voy a pinchar media discografía de Esbjörn Svensson Trio, dándole un repaso antes a Jan Jelinek, que hace tiempo que no me los escucho.

En definitiva, Nin3s ha llorado, sufrido y se ha superado de manera excepcional. Y eso nos sirve para recordar algo que expresó en una charla con el querido compañero Vanity Dust: “Arriesgar es la única forma que tengo para seguir avanzando con mi música”. Arriesgó, ganó y prosperó.