Podríamos decir que hubo un día en el que Jay Farrar y Jeff Tweddy se encontraban en el casillero de salida con las mismas posibilidades de triunfar, pero sus caminos fueron divergiendo cada día más hasta encontrarse muy alejados el uno del otro. Mientras Wilco contribuían ladrillo a ladrillo a que la etiqueta “americana” se convirtiera en una realidad, al darle ese toque indie al folk y al country-rock, su compañero en los seminales Uncle Tupelo, Jay Farrar, se quedaba en la línea de salida del country de autor, el heredero de nombres como Buck Owens o Merle Haggard. Y es aquí donde debe ser enclavado un disco solo apto para confesos del género. Los que busquen sonoridades bastardas que corrompan el trotar de los vaqueros será mejor que busquen en otra parte. Este es un trabajo de aroma clásico, que puede sonar anacrónico, pero que se deja querer con cada escucha, gracias a la aterciopelada voz de su autor y al buen hacer de los músicos que lo acompañan. No cambiará el mundo, pero lo hará mucho más habitable
e2Hola q tal tengo 23 y me gustarc3ada papricitar del programa , soy estudiante y me gustaria independizarme y ganarme 1millon q seguro si participo son mio ! desde ya muchas Gracias !