Holy Fuck nos vuelve a demostrar su gran capacidad para facturar canciones de lo más arrojadizas, dejándonos ante otro trabajo donde la catarata de texturas sintéticas apunta en múltiples direcciones de una forma muy acertada. Con las dosis de agresividad precisas que marcan la pauta a la hora de otorgar un carácter díscolo al trabajo, esta nueva entrega de Holy Fuck combina de buena forma momentos crispados con otros que sirven como perfecta transición hasta alcanzar un clímax ruidoso que podría ser el hilo conductor de toda su carrera.
El hecho de contar con Alexis Taylor en “Luxe”, el tema que abre el trabajo, se puede leer como una buena declaración de intenciones a la hora de sentar las bases del cambio de paradigma en sus composiciones. Sin lograr alejarse del todo del buen regusto industrial que proporciona el carácter metálico que confieren a sus partes ambientales, resulta bastante evidente como apuestan por encarar un lado melódico bastante dinámico. Así es como rompen los planteamientos más estáticos de sus composiciones y al mismo tiempo exhiben una gran hiperactividad en los elementos presentados.
Resulta llamativo como la mayor parte de los temas se encuentran estructurados a través de unas transiciones progresivas que los acaban conduciendo hacia una gran alteración. Buena muestra de ello nos la encontramos en una “Free Gloss” donde resulta fascinante todas las etapas que atraviesa, rompiendo poco a poco el letargo inicial para ir soltando lastre con compases funk. De esta forma alcanzan una visión alterada de sus composiciones por una vía bastante diferente a la que nos tienen acostumbrados, sintiendo muy de lleno el gran esfuerzo efectuado a la hora de obtener unas bases de teclados graves y combativas.
La sensación de que en esta ocasión han apostado de lleno por la música de club en detrimento de explorar su cara más relacionada con el math rock es algo que perdura a lo largo de la referencia, encontrándonos con un nuevo uso de sus guitarras como algo mucho más complementario y puntual que en anteriores ocasiones. A pesar de ello, la senda habitual del grupo regresa en la recta final del disco con temas como “Near Mint” o “San Sebastian”, tratando de lograr momentos de atmósferas más pesadas con los que contrarrestar la fiebre de ritmos encauzados al baile.
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