BBO
DiscosHoke & Louis Amoeba

BBO

8 / 10
Luis M. Maínez — 13-10-2022
Empresa — Autoeditado
Género — Rap

La vuelta del rap clásico a la primera línea de la escena nacional es una realidad. La ex-periencia de los últimos años, en los que los sonidos derivados del hip hop han alcan-zado cotas de popularidad nunca antes vista, sumado a la superación del marco estético y creativo –y sonoro– preexistente (ciertamente más limitado) que ha venido acarreado por esta misma ampliación del campo de batalla ha insuflado aire a un movimiento que, ahora sí que sí, alcanza el estatus de género histórico: a la misma altura que el rock o el pop. Trabajos como este “BBO” de Hoke y Louis Amoeba refrendan todo esto, y, en este caso, significan aún más: es lo que pasa cuando firmas un álbum redondo, que enlaza con los códigos de una generación mientras bebes del río de la tradición. Tan complicado como firmar un clásico en cualquier disciplina es hacerlo cuando nadie se lo espera. El terremoto que ha supuesto “BBO” en la escena musical española es un indicio de lo que puede esperarse en el futuro.

Si este álbum resulta tan especial no es solo por el salto a nivel musical que supone respecto de otras referencias de un género que peca demasiado –como todos los géneros clásicos– de ombliguismo y falta de evolución; sino por revivir el espíritu de un rap clásico underground –subterráneo a la manera beat– donde, desde hace tiempo, la originalidad estaba reñida con la autenticidad. Louis Amoeba en la música y Hoke en el micro han roto con los estándares últimos del mundo que les rodea y se han logrado colar en el campo de juego de los mayores. Resulta imprescindible escuchar el trabajo una y otra vez, por voluntad de análisis y de gozo. Y es que cualquier chaval de los noventa –con esto podríamos hablar de un álbum con potencial generacional– que haya salido del barrio, encontrará en este álbum los códigos que aprendió y que creía olvidados; más aún: encontrará dichos códigos ampliados, y los mirará como se mira a ese amor con el que te reencuentras pasados los años, son los mismos pero han cambiado. Y mira que guapos están ahora.

Más allá de la referencias, de las que podríamos estar escribiendo durante horas, entre las que señalaré a un olvidado Rafaello Carrá con su tema “Looser Horse”, en el primer corte del álbum; o las colaboraciones, entre las que se hace obligatorio hablar de una estrella bajo perfil como Cruz Cafuné o de unos Ergo Pro e Ill Pekeño que están a un nivel tan alto que todo lo que hacen parece el mejor tema de su carrera, lo importante de “BBO” está en la brillantez de la propuesta del tándem Hoke & Amoeba, que han sabido leer que la escena necesitaba una referencia rupturista, y no más de lo mismo (aunque bueno) para volver a encontrar un lugar propio. Lo han hecho, además, dejando huella personal y, seguro, una legión de imitadores en el futuro próximo. Incontestable, su “BBO” responde muchas de las preguntas que los fieles estaban haciéndose sobre las líneas a seguir en nuestro rap, pero, como toda gran obra, plantea otros muchos interrogantes que solo el tiempo resolverá.

De momento, Hoke y Louis Amoeba han conseguido con este “BBO”, el tercer mejor debut de un álbum español en Spotify en lo que va de año. Un estallido brutal y colectivo, azuzado por la propia escena nacional, cuyos artistas son los primeros que han dado un espaldarazo al proyecto. Salvando las distancias, este álbum encuentra referentes en el pasado reciente cuando miramos a un joven madrileño que hace una década tuvo una idea sobre el potencial del rap y la música urbana en nuestro país: la energía, la sutileza y el lenguaje; los códigos y la intención. Hay mucho que rascar en “BBO”, pero lo mejor todavía está por llegar; hay que tener los ojos abiertos cuando se escribe la historia.

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