“SKIN”, el nuevo y segundo intento larga duración de estudio de los nerviosos Ho99o9, es el clásico disco que, en una primera escucha, puede que te haga convertir en un viejuno cascarrabias y que sueltes “joder, inventar algo de una puta vez, que esto ya lo he oído hace años”. Todo en un idioma difícil de comprender gracias al palillo que tienes clavado entre los caninos. Pero con las escuchas sucesivas van cayendo otro tipo de conclusiones. Por un lado, la propuesta se acerca un poco más al metal que lo que lo hacía “United States Of Horror”, su disco debut –tras varios singles– de naturaleza más punk.
Aquí las influencias son bastante claras: sigue el espíritu NIN gobernando muchos momentos, aparecen ecos al Mike Patton más cabreado, sigue The Prodigy en la órbita, hay aroma a Dälek, a Death Grips y a varias cosas más –sin olvidarnos del horrorcore que les ha caracterizado desde sus inicios–. Quizá ahí recae cierta deuda del dúo que de algún modo logran saldar con algunas composiciones interesantes y, sobre todo, con un gran sentido de la dinámica. Porque a pesar de no ser un disco para escuchar antes de la siesta, “SKIN” tiene una escuchabilidad bastante amable.
Los llamativos feats que contiene también son causal de aprobación: el mítico Saul Williams (otra importante influencia del dúo), Corey Taylor de Slipknot, el bocazas de Jasiah y Bun B no pasan por este disco desapercibidos. “Bite My Face”, junto a Taylor, es un mazazo de metal industrial con un aparecido-de-la-nada puente de indie trap que da paso a un riff doom más pesado que unas botas de plomo. En “Slo Bread” juegan con extraño éxito a ser Massive Attack. “Lower Than Scum” es como su nombre invita a adivinar, un tributo al grindcore con sus arreglos velozmente inhumanos.
A medio camino del disco aparece la canción que lo cambia todo y la que hará que más de uno recuerde este álbum aún con el inclemente paso del tiempo. “Skinhead”, con Saul Williams, es el momento en el que el grupo logra decir lo que quiere de la mejor manera posible: tensión extrema, snippets de jazz lounge, sonoridades que dan forma a perturbadoras sensaciones, rap psicológico y, sí, obviamente, una buena ración de distorsión. En definitiva, una obra en la que Ho99o9 siguen amenazando con convertirse en un grupo aún más trascendental. Posiblemente sea cuestión de tiempo ya que la proyección e ideas continúan avanzando exitosamente, dando nociones de un futuro prometedor. Oscilante entre los colores sepia y una fría gama de grises acero, “SKIN” es cerebral y punzante como la inmortal combinación de electrónica y guitarras que lo domina.
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