Le ha pillado el truquillo. M.C. Taylor, a la postre la persona que hay detrás de este aparente proyecto grupal que es Hiss Golden Messenger, hace tiempo que descubrió la fórmula en la que estaba cómodo. Un americana de medio tiempo, en el que se mueve como pez en el agua. Algunos lo considerarán estancamiento. Otros, inteligencia. Y su nuevo disco, "Quietly Blowing It" confirma esta impresión. Porque es más de lo mismo, sin que eso pueda ser interpretado exclusivamente como negativo, dada la excelente trayectoria anterior de su autor. Los evolucionistas, es decir, aquellos que constantemente esperan que un artista cambie, evolucione o revolucione su música, etc. ya pueden tachar a Hiss Golden Messenger de su lista. Ni lo ha hecho ni parece que lo vaya a hacer. El tema ese de la tan recurrente zona de confort anda por ahí. Pero ¿quién soy yo para decirle a alguien que se salga de un sitio en el que está cómodo si su permanencia supone canciones tan bonitas como las incluidas en este disco?
Es pues "Quietly Blowing It" un disco continuista. De hecho, si cambiamos alguna de sus canciones por la de discos anteriores ni nos daríamos cuenta. Que cada cual decida si eso es bueno o malo. El caso es que M.C. Taylor, aquí recurre a una mirada al pasado e intenta resumirnos cinco años de su vida en un álbum grabado en pleno confinamiento pandémico. Y si ya hemos apuntado que hace lo mismo de siempre, es justo decir que lo hace tan bien como siempre. Ahí están canciones enormes como la country-soul “Way Back In The Way Back” o la campestre “The Great Mystifier”. Incluso “Mighty Dollar” que tiene algo de funk blues sedoso, la canción titular directamente soul o la góspel “If It Comes In The Morning” escrita a medias con Anaïs Mitchell. Manteniéndose sin estridencias en los niveles de exigencia adecuados.
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