Si cada movimiento genera una respuesta en sentido contrario, me pregunto a qué se supone que contraataca este redescubierto del guitarreo asilvestrado y las canciones sencillas y urgentes que viene imponiéndose en la escena. ¿A ese algo resabidillo afro-pop made in Brooklyn, quizás? Comparados con Vampire Weekend, por ejemplo, Harlem parecen venir de otro puto planeta, mucho más sucio y en el que la cerveza es mucho más barata. Suenan como si la Pandilla Basura ensayara las canciones de The Beach Boys, como si The Wave Pictures hubieran descubierto la serie “Nuggets” y renegado de Dire Straits, a concierto de debut en la fiesta del instituto, a primeras borracheras y amores disfuncionales que acaban, por fuerza, en rencores infantiles. De modo que podríamos convenir en que “Hippies” entra por la vía directa en el territorio de lo genial, en que es la clase de disco que te hace tontamente feliz. El trío de Austin liderado por Curtis O'Mara y Michael Coomers, ambos repartiéndose el rol protagonista, es un auténtico hallazgo: han sido capaces de publicar un álbum con dieciséis canciones y ni una desechable. Es más, "Friendly Ghost", "Gay Human Bones" y "Cloud Pleaser" son de traca.

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