Casi una década después del “Volumen 1” de Hijos de la Ruina y con decenas de referencias y de éxitos a sus espaldas, entre las que se incluye un primer comeback del grupo (el también mítico “Volumen 2”, a las puertas del estallido de la música urbana en España, y que incluye hits como “Carretera” o “Speed”), los madrileños vuelven con “Hijos de la Ruina Vol. 3”, un álbum en el que las dos constantes que han marcado sus carreras –tanto juntos como en solitario– se mantienen: autenticidad e innovación.
“Hijos de la Ruina Vol. 3” (en adelante, “Volumen 3”) es un álbum que ha nacido en un campo de trabajo intensivo, entre Natos y Waor, Recycled J, KIDDO y Pablo Gareta. Fuerte y bien elaborado, como disfrutar una copa de un licor caro y alto en graduación. La legitimidad que atesoran les permite volver a aventurarse en nuevos sonidos y propuestas musicales en lugar de quedarse cómodos en un lugar agradable y seguro. Por eso en este “Volumen 3” encontramos un tema que mira sin miedo al rock nacional como “Más Alcohol”, una de las canciones que el trío cree que quedarán para siempre entre sus seguidores y que cuenta con un Natos genial; una vuelta a la electrónica, en un tono mucho más cercano al garage o al house de Recycled que al tarketeo de referencias anteriores de Natos y Waor, en la espectacular “Sudores fríos”; o un acercamiento al reggaeton de malianteo (no esperes encontrarlo en muchas discotecas) como “Fuego, fuego”.
Innovaciones que, junto a canciones de corte más clásico como “Nosotros” o “Cuestión de fe”, en las que Waor juega con ventaja, valdrían para completar un álbum que entraría por derecho en el top nacional del año. Sin embargo, HDLR se han propuesto hacer de este trabajo algo más. En especial Recycled J, que siempre encuentra su mejor versión de la mano de Natos y Waor. (Re)escuchen el disco atentos a todas las genialidades que se ha sacado de la manga el de Carabanchel. En cuanto a melodías –por ejemplo en la ya citada “Sudores fríos”-, y, sobre todo, con las mejores letras de su carrera. El final de disco que nos ha brindado Jorge Escorial son palabras mayores: “A la tumba” y “Dime que sí”. Esta última, además de contar con un locurón de instrumental, que funciona como una noche entera y larga hasta llegar al breakbeat final, completa siete temas como las siete estrellas de la bandera madrileña.
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