Si echamos un vistazo a los discos que ha sacado el dúo barcelonés tras el boom que supuso allá por 2007 “Animalitos”: “Bestiola” (2008), “Hidrogenesse vs. The Hidden Cameras” (2010), “Un Dígito Binario Dudoso. Recital Para Alan Turing” (2012) y ahora este “Roma”, todos editados en Austrohúngaro, es de justicia reconocer que Hidrogenesse puede que sea el grupo de pop más inquieto y con más ideas del país.
Pop en el sentido más amplio del término, ya sea hecho con máquinas -la banda lleva el synth pop a lugares de fantasía, pero de actitud glam (casi a lo Alan Vega en su etapa en solitario)-, tenga un rollo conceptual sin ser snob ni perder el sentido de la diversión (una de las marcas de la casa), y apueste por unir la alta y baja cultura (si es que esa división existe de verdad). En el nuevo esfuerzo de Genís Segarra y Carlos Ballesteros, su imaginería sigue intacta, y se dan cita su fijación con Italia (el disco fue pensado en la Ciudad Eterna), el pop de juguete capaz de dar la vuelta a la realidad (“A los viejos”), odas imaginarias a siglos anteriores (“Siglo XIX), la mitomanía (ahí están “Moix” y “Elizabeth Taylor”) y los himnos de glam chicletero (“Dos tontos muy tontos” es un homenaje sui generis a los héroes del dúo catalán grupos como Sparks y Pet Shop Boys).
En lo musical las coordenadas de Hidrogenesse en 2014 pasan por sus obsesiones habituales (Kraftwerk, Denim y Pulp, entre otros), aunque quizás este “Roma” sea su disco más Sparks. Los sintes, estructuras, melodías y letras de canciones como “Aquí y ahora” y “That International Rumor” lo dejan claro.
Porque ensalzáis a grupos de este tipo musicalmente penosos y con letras ridículas?