Respeto y adoración absolutas para este inicialmente inofensivo cuarteto británico. Porque una cosa era “Beat Pyramid”(08), un buen disco pese a todo, y otra bien distinta es esta demostración de genio que responde al nombre de “Hidden”. Uno de esos trabajos que le deja a uno sin aliento y consciente de estar viviendo algo especial, una obra que requiere escuchas, pero que es pura magia, imaginación sin ataduras y alejada del mundo que la rodea.
Jack Barnett produce el disco junto a Grahan Sutton (Bark Psychosis) creando algo fantástico, ténganlo claro. Barnett, su hemano y sus acompañantes parecen haberse convertido en los Scott Walker de su generación, haber echado la llave de la comercialidad al Canal de la Mancha y buscar convertirse en unos James Joyce del pop anglosajón. Para conseguirlo no dudan en echar mano de tambores taiko japoneses, ritmos dancehall, una sección amplísima de vientos o unos excelentemente posicionados coros de niños.
A la primera, todo en “Hidden” sorprende, pero con las escuchas cada elemento ocupa su lugar en una aventura musical abrumadora e increíble. Escucharán cómo podría sonar un cruce entre TheFall, Liars y M.I.A. en “Fire Power”; se dejarán llevar por los aires tribales (a lo Peter Gabriel “IV”) y digitales de “We Want War”; creerán que Owen Pallett o Patrick Wolf les echan una mano en “Hologram” y “White Chords”; esperaran escuchar la voz de Björk en algún momento de “Canticle” o recordarán entre lágrimas lo grandioso que es “MusicFor Eighteen Musicians” de Steve Reich. No importa lo que sus creadores vayan a conseguir con “Hidden”, sencillamente por darle forma ya han demostrado que son una banda como la copa de un pino y que se merecen, desde ya y como les decía, todo nuestro respeto y adoración.
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