Love Heart Cheat Code

A esta altura del camino recorrido por Hiatus Kaiyote y con el lanzamiento de este cuarto disco, las cosas comienzan a definirse de una manera extraña. El neo soul de curvas particulares que trazaron en sus dos primeras referencias está cada vez más mezclado con tintes de otros estilos, pero sobre todo su variación radica en cómo el grupo de Melbourne logró mecharlo con actitud. Porque en "Love Heart Cheat Code" la sofisticación no tiene que ver con géneros -ya sea jazz, experimental o el mencionado neo soul- ni el omnipresente virtuosismo de la banda, sino con la visión y la práctica del grupo sobre lo extraordinario.

En esta corta colección de temas la banda se posa con maestría sobre lo no obvio comenzando en modo faraónico con “Dreamboat”, una ouverture grandilocuente y ornamentada como una puerta india, imponente, anfitriona de un universo fascinante.

“Make Friends” guiña tanto el ojo a Stevie Wonder como a Erykah Badu y cuando llega la pegadiza “Everything’ Beautiful” nos preguntamos qué magnitud de éxito tendrá este single. ¿Habrá forma de que funcione en Tik Tok, por ejemplo? ¿Quedará para el deleite de unos pocos avispados? Estas conjeturas tienen que ver con el hecho de que para ser el tema “comercial” del disco posee un nivel de musicalidad y romanticismo digno de valorar; de hecho es una excelente vara para medir el tipo de cosmovisión que tiene el proyecto.

Lo del virtuosismo omnipresente aparece en su mejor versión en “How To Meet Yourself”, que es canción y también festival de matices. Una genialidad tocada con el corazón, donde la digitación de los instrumentos es guiada 100% por emociones. Para muestra chequear como el piano y la percusión alternan protagonismo durante todo el track.
Como si todo esto fuera poco, lo que pasa en los últimos dos temas es materia de análisis psicológico colectivo, aunque asumo que si se le diera el caso al terapeuta de Metallica, el tío se quedaría a cuadros.

Las criaturas alucinadas del famoso Tiny Desk del grupo parecen inspirar a “Cinnamon Temple”, tema poseedor de una retorcida, polvorienta y frenética dialéctica que recuerda vagamente a aquel experimento de Mike Patton, Tunde Adebimpe y Doseone llamado Nevermen, pero es mucho más que eso, es Hiatus Kaiyote jugando a ser banda sonora de un pachinko en hora pico.

Para el final la versión del “White Rabbit”, clásico hippie de Jefferson Airplane, es simplemente un acto de amor la canción: Hiatus Kaiyote la lleva a un terreno imposible, la exprime y la deforma pero no le quita nada de su belleza y misticismo original. Si este final vaticina los futuros pasos creativos del grupo, estamos a la vera más buenas noticias de su parte.

Yendo de lo grandilocuente a lo cool y de lo friki a lo emocional, Hiatus Kaiyote sigue engrandeciendo su figura y haciendo flipar en colores a cada afortunado oyente que se entregue a sus quehaceres.