Hey!

The Guapos son la nueva súper banda de rock and roll hispano-mexicana formada por Jay de la Cueva, Leiva, Adán Jodorowsky y El David Aguilar. Un proyecto que nació durante la pandemia y al que le han ido dando forma hasta ahora, momento en el que nos presentan “Hey!”, su álbum debut. En él nos encontramos con diez canciones con el sabor de los clásicos del género. Buena parte de ello la tiene la forma en la que se han grabado estas composiciones (analógicamente, en cinta, dos pistas y sonido mono a través de máquinas de los cincuenta). Eso sumado al amor que sienten los cuatro componentes de la banda por los artistas más clásicos como Chuck Berry o The Beatles, claras referencias del sonido de su primer disco, hacen que este trabajo sea uno de los más puros del rock en español de los últimos tiempos.

Se trata de un álbum completamente desenfadado y en algunos tramos incluso humorístico en el que combinan las tradicionales historias de amor con cómo es vivir siendo toda una estrella del rock. Y la clara referencia de la combinación de ambas temáticas la encontramos en “Me cambiaría por cualquiera”, una canción que más bien parece una conversación entre dos de los componentes de la banda sobre sus problemas amorosos causados por la elegancia que les ha otorgado el rock y que llega a su punto álgido con la afirmación “Y a veces te lo juro, Leiva, me cambiaría por cualquiera”. Pero, más allá de las letras, la impronta más importante del trabajo es la base musical que viste a cada una de las piezas. Porque a pesar de que suenan como si llevasen toda la vida tocando juntos, lo cierto es que los cuatro miembros de The Guapos tienen sus propios proyectos personales paralelos, algo que podía afectar a su sonido general y que, por contra, no lo hace. De hecho, es evidente que todos ellos están en esta aventura por placer. No hace falta más que ver el caso de Leiva, el componente patrio de la banda, que pasa al que, en realidad, era su instrumento, la batería, abandonando el papel de vocalista –a pesar de que intervenga en varias canciones–.

Lo que sí que es cierto es que en la primera mitad del disco tenemos las piezas más animadas como la propia “Hey!” o “Isabel” y que, tras la brillante “Mis amigos del rock”, nos encontramos con una parte más lenta. Ahí aparecen temas con pulsaciones mucho más tranquilas (“Boogaloo”, “Dolores”), pero que siguen enmarcados dentro del rock, rememorándonos a esas canciones que antaño eran la excusa perfecta para bailar pegados. En definitiva, “Hey!” es una carta de amor abierta hacia el rock and roll que los amantes del género seguro que van a acoger con los brazos abiertos. Qué alegría poder encontrar propuestas tan románticas y tan bien hechas de la mano de una rara avis que, sin duda, va a dar mucho que hablar.