El Bueno y El Malo
DiscosHermanos Gutiérrez

El Bueno y El Malo

8 / 10
David Pérez — 22-11-2022
Empresa — Easy Eye Sound
Género — Alt-Country / Americana

Dan Auerbach, cantante y guitarrista de Black Keys, en su pulso constante con Jack White y su sello Third Man Records por ver quién tiene más olfato y buen gusto a la producción de grandes talentos emergentes o no tan conocidos como debieran, produce y lanza bajo su Easy Eye Sound a un dúo que cabalga en caballo ganador desde hace tiempo, los Hermanos Gutiérrez.

Tres discos a sus espaldas y este cuarto, “El bueno y El Malo”, que les debería de suponer el galope definitivo para conquistar ese horizonte anaranjado que siempre pulula, libérrimo y radiante, en su cancionero. Título del álbum y de la pieza que inicia el viaje y el espíritu creativo del conjunto, deudor del legendario film de Sergio Leone “El bueno, el feo y el malo” (66) y, sobre todo, de la icónica e influyente partitura de Ennio Morricone.

Comenzamos a recorrer paisajes naturales de ensueño con aroma a spaghetti western lisérgico, tejidos por la brisa de guitarras que resplandecen y rezuman olores y texturas mil, con un extra de psicodelia multicolor a fuego lento. Y es que, aunque Auerbach introduce percusiones sutiles y algunas violas inquietantes en momentos puntuales, son las cuerdas de los Hermanos Gutiérrez, con fuertes reverberaciones, clase a raudales y mágica conexión, las que trazan el rumbo del destino de esta diez canciones que podríamos escuchar, sin cansarnos, en bucle eterno. Temas instrumentales que, sin necesidad de palabras, rebosantes de giros y pinceladas evocadoras, despiertan una lírica de una belleza tan potente, que parecen cantar y narrar adictivas historias a cada nota.

En esa encrucijada donde Khruangbin y Tarantino se baten a duelo al amanecer y, al acecho, escondidos entre matorrales, Morricone, Tortoise y Marc Ribot junto a sus Cubanos Postizos se preparan para capturar vivos o muertos a los duelistas y cobrar la recompensa. Justo ahí, comienza la aventura, adentrándonos y dejándonos llevar por “El Bueno y El Malo” titular, con Ennio encendiendo la hoguera de composiciones que crecen abiertas y libres en cada fino punteo de los Gutiérrez, sin más límite que cielos de tonos psicodélicos y estrellados sin fin.

Auerbach, además de agregar matices de guitarra a lo largo de las pistas, comparte sangre y se une con todas las consecuencias a los forajidos y buscadores de oro en “Tres hermanos”, pieza que por sí sola bien merece una película.

Olor a leña y tierra mojada tras una noche pasada al raso y proseguir el camino, con la escarcha de la mañana aún intacta en los árboles y la hierba que queda marcada por las herraduras, respirando un aire tan natural y fresco que duele y ríe en los pulmones. De la hermosa y envolvente calma de “Hermoso drive” a los suspiros melancólicos de “Los chicos tristes”, pasando bajo el hipnótico “Cielo grande” y divisando, tan lejos y tan cerca, ese “Pueblo man” que terminamos por llevar dentro y nos acompaña, allí donde vayamos.

Puro placer para los sentidos. La montura está preparada, elige un buen sombrero de ala ancha y únete a esta odisea western moderna, no te arrepentirás.

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