Ver el mundo arder
DiscosHelltzales

Ver el mundo arder

7 / 10
Reuben Weedianaut — 27-12-2024
Empresa — Autoeditado
Género — Punk Rock

Una legislatura. Cuatro años. Dos EPs. Diez canciones, contando aquella tremenda ‘Accidente’ para el recopilatorio ‘Hemen eta Orain’ de la DDT, incluida como bonus track en la edición digital de ‘Ver el mundo arder’ y en una escueta tirada en CD que recopila toda su discografía y que repartirán entre la asistencia a su concierto de despedida en el Gazte Lokala de Deusto. Eso es lo que dejan atrás Helltzales habiendo cumplido con todos los objetivos de su breve mandato. “Todo esto empezó con muchas ganas y mucha ilusión, y queremos que acabe de la mejor manera: ¡dándole fuego!”.

Haciendo honor a ello desde su propio título, esta moción parece destinada únicamente a ver el mundo arder, con esa grabación en los ubicuos Aubergine Records de Txarraska sonando tan cruda como los Cordura más post-hardcore de antaño. Viniendo de una grabación en El Tigre Studios, de cariz más profesional que underground, la diferencia en la producción con su anterior ‘We are the Mainstream’ resulta palpable, pero no por ello de menor calidad a la que acostumbran las partes implicadas; con Ander Uribarri a los mandos en su cuartel general del gaztetxe de Basauri, desde donde lleva años dando forma al sonido de los UGER en los que toca la batería, y de un tiempo a esta parte, también al de lo más granado del DIY de Bilbao y alrededores. Cuatro temas que no llegan a los tres minutos de duración, con una urgencia que forma parte del ADN del grupo, pero que también parece motivada en esta ocasión por la necesidad de poner un punto final a la trayectoria de la banda en forma de canciones.

La primera de ellas da nombre al disco y viene a resumir, tanto musical, como ideológicamente, la personalidad del quinteto: hardcore punk, zapatilla, nihilismo, una sección rítmica como un martillo pilón, y ese poso a Kuraia que tanto vamos a echar de menos y que cuenta con el juego que dan dos guitarras como factor diferencial, desbocadas en una épica segunda mitad del corte. ‘Tormenta perfecta’ mantiene a Fer Apo como referente, pero con ecos que laten más como El Corazón del Sapo con la crudeza de una voz que trae a la memoria los tiempos de ‘La Ridícula Mecánica de la Vida Moderna’, pareciendo estar a punto de quebrarse en cualquier momento pero carburando como motor de unas letras que propulsan la propuesta más allá de la suma de sus partes. Volviendo al euskera tras aquella ‘Drogarik gabe’ del debut, ‘Ez dut nahi’ basa su simpleza en la repetición y las guitarras cruzadas, para acometer la final ‘Vacío’ entrelazadas junto a las voces en un intenso estribillo que nos hace empezar a echarlos de menos antes de que se desvanezca la última nota. Agur eta ohore, jaunak!

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