Quizás se deba a una fórmula demasiado clara (Sugar más Springsteen y algo de Thin Lizzy) y su comprensible agotamiento, pero ni siquiera la marcha del grupo del teclista Franz Nicolay ha servido de revulsivo para The Hold Steady, cuya inspiración ya temblaba en su anterior “Stay Positive” (Vagrant, 08) y en “Heaven Is Whenever” se acerca peligrosamente a un sonido con un descarado tufillo AOR en el que se echa de menos el nervio de sus primeros discos. No debería sorprendernos: ya en “Boys & Girls In America” (Vagrant, 06) asomaba la cabeza ese gusto por la épica americana típica de la FM, sin grandes sobresaltos, aunque por lo menos más pegadiza. Craig Finn y su grupo suenan a viejo recopilatorio de gasolinera yanqui, e incluso las letras de Finn, hasta ahora uno de los puntos fuertes de sus trabajos, suenan pálidas y desvalidas sin el acompañamiento de esa fiereza heredada de sus tiempos de Lifter Puller. El quinto disco de los de Minneapolis suena a rock bien hecho, impecable, pero del montón. Aquí falta algo.
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