El canadiense Owen Pallet, antes conocido artísticamente como Final Fantasy, nunca ha sido amigo de las cosas sencillas. Abigarrado y barroco, musical y conceptualmente, Pallett ha creado en “Heartland” un universo propio en el que ejercer de demiurgo. Su fantasía final, sí, llevada hasta las últimas consecuencias, protagonizada por un joven granjero llamado Lewis. El artista ha aprovechado el cambio de nombre para entregar su trabajo más complejo, más exuberante y excesivo. A ratos, “Heartland” se convierte en una pomposa banda sonora, una opereta a la medida de su amanerado tono de voz y su desbordante imaginación en los arreglos. Y si bien resulta difícil abstraerse al peso de la narración en el disco, momentos como la inquietante “Keep The Dogs Quiet”, “Lewis Takes Action”, con esos guiños a los The Beach Boys de “Smile”, y “E Is For Estranged”, un puzzle en ella misma, nos recuerdan que estamos ante un músico incomparable.
Soberbia musica,muy superior a la de su banda Arcade Fire