The Last One
DiscosHeadie One

The Last One

6 / 10
Álex Jerez — 21-08-2024
Empresa — Sony Music
Género — Rap

Headie One habla de la soledad y la independencia. De ganarse la vida luchando, cuidando de los tuyos, pero sin esperar nada de nadie. Habla de llegar a la cumbre y sentirse en pura soledad. De alcanzar el sueño de la música y de perder la ilusión a un ritmo fugaz. “The Last One” resume un poco la situación del MC en el presente y a la vez pone punto y final a todas esas historias contadas en sus anteriores lanzamientos. Es un disco de reflexión vital desde la fama, pero desde una fama que no es tan grande como él esperaba. Es un nuevo golpe en la mesa dentro de su juego para tirar todo y poder reiniciar la partida en el futuro, si se ve con fuerzas.

“The Last One” suena a despedida, a falta de inspiración, a necesitar cambiar de rumbo y recuperar esas raíces que le daban su identidad (“Listen to my albums, I don’t have another word to say”). No sabemos qué ha pasado con Headie One y por qué el hype de este último disco se ha desvanecido de una forma tan rápida. Recordamos que cuando el single “Martin’s Sofa” vio la luz la sensación era otra. Era más bien la de ver a Headie tratando de colocarse en el drill de la calle actual de nuevo y hacerlo sampleando el “Palm Trees” de Flatbush Zombies. Por ello, en aquel lejano febrero las ganas de un nuevo disco de Headie eran muchas y se esperaba una joya teniendo como adelanto algo tan personal y vulnerable como un tema dedicado al colega/cliente que le dejaba a Headie su sofá para descansar cuando este se dedicaba a la venta de droga.

Sin embargo, la ambición hizo que “The Last One” se convirtiera en otra cosa. La misma búsqueda del éxito de la que pecó en su primer álbum se deja ver en esta entrega. Buen material, pero estirado y con mucha menos alma que la que concentró en esa aplaudida mixtape de 2021 que fue “Too Loyal For My Own God”. La innecesaria lista de colaboraciones con caras conocidas (Stormzy, Skrillex, AJ Tracey, Potter Payper, Sampha y muchos más) para remarcar su estatus, el continuo intento de buscar ese gancho que haga clic en el público británico y le lleve a coronar las listas. Es una pena sentir que un disco que pretendía explorar el ADN real de Headie – reflejar sudor y sangre– se haya quedado a medio camino y le esté costando defenderlo lo más grande.

Muchas menos historias potentes; menos conversaciones frontales en defensa de los OFB, la banda callejera de Tottenham a la que pertenece; una búsqueda de temas con un tempo más upbeat que le alejan de hacer barras más crudas y que a su vez se mezclan con otros que pasan completamente desapercibido. Es un disco que necesita recortes, precisión y cordura. Sin embargo, cada error que aparece se expande en un proyecto demasiado largo que suena más a búsqueda de oportunidades, limpieza de imagen y falta de autenticidad que a realidad. Como ejemplo esa unión con Ambezaa y Elyas (Drake) en la producción de “Happy Music” hacia la conquista del público americano o la aparición de Skrillex en la flojísima “Make a W” junto a AJ Tracey.

Lo mejor, por el contrario, llega cuando toca la tierra. Nos gusta ver a Headie empujado por Einer Bankz (Fredo) en ese “Rapunzel” en colaboración con Äyana. O, por ejemplo, fluir genial junto a D-Block Europe, colectivo de South London, en “Braided” con Sammy Soso (Tyla) en la producción. Hay que aplaudir eso sí la enorme personalidad de Headie roce el género que roce y juegue sus cartas como las juegue. Este disco sirve un poco para mostrar eso, para hacer un repaso por todo lo que ha hecho al MC ser quién es, para coronar el pasado y respetar la figura de Headie One en la industria británica del presente pese a que su repercusión ya no sea la misma. Ahora, a las puertas de la gira y en plena promoción del álbum, ¿logrará levantar a tiempo el disco cuando ni el single con Stormzy lo ha conseguido? ¿Pasará página lo antes posible?

 

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