Hayden Thorpe fue la peculiar voz (en falsete) de los siempre reivindicables Wild Beasts, en donde alternaba protagonismo tras el micro con Tom Fleming, quien en la actualidad publica bajo el nombre de One True Pairing. El británico entrega ahora su segundo disco en solitario, tras aquel ‘Diviner’ (Domino, 19) de hace tres temporadas acontecido después de la separación del grupo de Kendal. Una continuación sensiblemente más ambiciosa y asentada que su antecesor, con la que el músico sigue llenando de trazos reconocibles su particular universo.
‘Moondust For My Diamond’ (Domino, 21) es un álbum que late a ritmo propio y que, para bien o para mal, mantiene pulso constante a lo largo de doce piezas, mientras utiliza la sutil estela de la electrónica como aliada. Para bien, porque el disco hace gala de una personalidad alejada de cualquier tipo de premura, con alma sincera e inquebrantable capa de elegancia cubriendo todo el producto. Un bonito compendio cercano al synth-pop, presentado con afecto y cuidado y que apunta a la lógica del conjunto sin grandes aspavientos, manteniéndose fiel a las frágiles preferencias del autor. Y, para mal, porque a lo largo de los cuarenta minutos que dura la referencia, acontecen algunos momentos caídos en inercia que, aunque en realidad no resulten molestos ni desvirtúen la escucha, lucen discretos en comparación con las gemas del lanzamiento. Una sección de destacadas que protagonizan la preciosa “Material World” abriendo el elepé, el single “The Universe Is Always Right”, la magnífica “Parallel Kigdom” o “Golden Ratio”, además de una ”Hotel November Tango” que recuerda a Martin L. Gore en Depeche Mode, “Rational Heartache” o la final “Runaway World”.
Cabe lamentar que el cantante no se decidiese a concretar algo más la selección, hasta dejarla en el número redondo de diez temas. Pero, en cualquier caso, Thorpe demuestra con ‘Moondust For My Diamond’ (Domino, 21) que ha focalizado definitivamente su perfil creativo, manejando una paleta de cualidades que trabaja ya con total convencimiento. Un talante cargado de profundidad, buen gusto y sensibilidad, efectos todos ellos que el ex Wild Beasts consigue transmitir al oyente con tanta firmeza como amabilidad en las formas.
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