Puede que, a primera vista, el hecho de que uno de los miembros de una banda tan perfectamente conjuntada y con la experiencia de The Bellrays dimita, no debería ser motivo para hipotecar el futuro de sus composiciones ni tampoco para giros estilísticos demasiado pronunciados.
Aunque mira por dónde eso es lo que les ha sucedido a los de Los Angeles con la marcha de Tony Fate, al parecer máximo responsable de embadurnar con una pátina de punk-rock los temas hipervitaminados de sus anteriores publicaciones. Su marcha ha obligado a cierta reestructuración interna en cuanto al reparto de instrumentos, dando como resultado una apuesta por el predominio de las voces soul en la línea marcada en el anterior “Have A Little Faith” (2006), perdiendo estrepitosamente velocidad y mala leche a cambio de ejecuciones a medio tiempo con pretensiones de elegancia. Eso es lo que da de sí este “Hard Sweet And Sticky”, un álbum digno pero que se queda a medias, sin siquiera acariciar las cotas memorables de otras obras anteriores y quedando corto en cuanto a intensidad. Seguimos bajando.
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