Berlín

Más de tres años después de "La ira" llega al fin "Berlín", el esperado nuevo disco de estudio de Hamlet. El éxito de su anterior trabajo les tuvo envueltos en una gira que se extendió en más de cien fechas. No obstante, Luis Tárraga y Molly (los únicos miembros originales de la banda desde su gestación, allá por 1987) encontraron hueco en sus agendas para empezar a dar forma a sus nuevas composiciones en 2017 y, tras ensayarlas y arreglarlas con el resto del grupo, regresar a los Sadman Studios de Madrid para grabar de nuevo junto a Carlos Santos al año siguiente. Para la mezcla y la masterización buscarían a Will Putney, con nombres como Thy Art Is Murder, Body Count o Northlane en su currículum.

El resultado son estos once trallazos que explotarán en tu cabeza de principio a fin del redondo. La crudeza, la rabia, la distorsión y las voces aberradas siguen dominando a la bestia, tal y como se intuía ya en los adelantos "Eclipse "y "Persiste, insiste, repite" (encargada de abrir). "No sé decir adiós", que traería el primer videoclip, dejaba entrar la parte más relajada en los ritmos, melancólica en las letras y melódica en la voz. Algo que terminan de explotar en "Héroe", con hueco para el canal limpio y hasta para, por primera vez en su discografía, una voz femenina, que corre a cargo de la impecable garganta de Laura Rubio, cantante de los extintos Garage Jack.

La otra gran novedad viene también de la mano de un colaborador: Pao Durán, encargado de las modulaciones, sintetizadores analógicos y, en general, la electrónica que de forma más sutil o más presente escuchamos a lo largo del álbum. Pinceladas para un disco que, no obstante, no pierde un ápice de identidad. Que nadie se asuste, un sonido orgánico y “masivo” (en sus propias palabras) que evoluciona sin dejar de ser Hamlet al cien por cien.