Cuando en 1997 los escoceses Gun publicaron “0141 632 6326” dieron al traste con las esperanzas de todos aquellos que habían disfrutado de lo lindo con sus tres primeros álbumes, rock clásico repleto de rabia imberbe, que mantenía la llama en una de esas fases cíclicas en las que el género pasaba por el ostracismo. El disco marcaba un pronunciado giro del grupo hacia el pop electrónico y dejaba descolocados a propios y extraños. La posterior huída del cantante Mark Rankin no hizo más que pronunciar la crisis de la banda, que acabó desapareciendo hasta su regreso doce años después con “Break The Silence”.
“Frantic” es la segunda referencia de esta segunda etapa (en la que Rankin no participa). El sonido, lejos de regresar a los orígenes que les dieron el reconocimiento, deambula por un pop-rock algo genérico, con singles de buen oficio como “Beatiful Smile” y cortes competentes como “One Wrong Turn” o “Frantic”. En la misma senda “dad rock” de unos Bon Jovi o Bryan Adams actuales; agradables a la vez que inofensivos.
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