Vale que Steven Wilson siempre mantenga un nivel alto en su envidiable trayectoria, pero lo que no te esperas a estas alturas es encontrarte con tamaña obra. “Grace For Drowning” es la obra donde confluye todo lo que ha creado Steven Wilson hasta ahora. La culminación a su larga carrera. Aquí hay lugar para un pedazo de cada uno de sus proyectos, pero al mismo tiempo va mucho más allá. Incorpora cierta ambientación sutilmente lúgubre, fantasmagórica, creando paisajes que evocan oscuridad y belleza a partes iguales ("Belle de Jour", "Raider Prelude", "Grace For Drowning"…), combinando pasajes de jazz psicodélico con estallidos de violencia (“Remainder The Black Dog”). El líder de Porcupine Tree es capaz de moverse de lo etéreo a lo tormentoso como si nada, pero creando un bloque homogéneo, óptimamente equilibrado, donde todo parece fluir con naturalidad, en consonancia, despertando un sentimiento común entre tenebroso, nostálgico y fascinador. Nunca antes había grabado canciones tan bellas como “Postcard” o “Deform To Form A Star”, o por supuesto “Raider II”, memorable magnum opus donde evidencia su devoción por King Crimson. Desde ya mismo la obra maestra del género progresivo en lo que llevamos de siglo. Casi nada.
Hombre muchos discos con sello Wilson han sido tan buenos que me cuesta afirmar que éste es el mejor sin que pase un tiempo.... pero que cojones, es un álbum que no te lo acabas, nunca paras de descubrir cosas y al que cuesta (mucho) encontrar defectos. Enorme. Dr.Q