Goodbye Nobody
DiscosJulie Doiron

Goodbye Nobody

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Redacción — 15-09-2004
Género — Folk
Fotografía — Archivo

Existen por lo menos dos maneras de acercarse a un disco o cualquier otra obra de arte: buscando lo desconocido, la sorpresa ante algo que hasta entonces ni siquiera imaginabas, o buscarte a ti mismo entre sus surcos. Los discos de Julie Doiron son de los segundos: son muy fáciles de hacer tuyos, porque su voz tiene la cualidad casi mágica de crear tal grado de intimidad que no querrás compartirla con nadie.

Siempre a punto de romperse, Julie Doiron no ha parado de mirarnos con un punto de vergüenza a los ojos desde sus tiempos con Eric’s Trip, rodeándose cada vez de gente distinta hasta llegar a este “Goodbye Nobody” en el que la acompañan Herman Dune, creando unas canciones de una cercanía epidérmica, como si no pudieran ser de otra manera, como si surgiesen de la necesidad de compartir sus ganas de llorar, de respirar y bailar de buena mañana, de estar a gusto viendo nevar por la ventana, de saber quien eres y quien quieres ser, de recordar olores, autobuses que se alejan, en fin, de sentirse vivos para bien y para mal. Escuchando canciones tan desarmantes como “Snow Falls In November” o “The Songwriter” no querría estar en otro sitio.

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