Su puntería melódica está fuera de toda duda y canciones como “This Could Be Love”, “Continental”, “We´ve Had Enough” o “Blue Carolina” deberían extenuar a los programadores de radio y tele con un mínimo de criterio, porque, aunque no se puede apelar a la originalidad de su discurso –hay ecos de Social Distortion, Samiam o The Clash repartidos por todo el disco-, sí cabe hacer notar su capacidad para vadear las ciénagas en las que otros –Less Than Jake, Blink 182, The Ataris- han decidido fondear. Aún así, y a pesar de su acertada imaginería timburtoniana y su poco acomodaticio verbo, conviene advertir de que lo limitado de sus presupuestos compositivos, una linealidad aún molesta, deja a este disco a las puertas del notable. Sólo por unas décimas, eso sí.
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