Para quien pensase que en la indietrónica ya estaba todo dicho, aquí está el tercer disco de los británicos Tunng, “Good Arrows”, para dejar claro que hay espacio para la sorpresa, las melodías, una arrebatadora calidez y una limpieza formal que hace que no haya que buscar aciertos, sino encontrarlos uno detrás de otro.
Sam Genders (sedosa voz) y Mike Lindsay se han rodeado de su habitual banda de directo, y ha sido para bien, entregando un folk íntimo que suena tan clásico como contemporáneo. “Take” o “String” recuerdan la mejor etapa de Simon & Garfunkel, sin artificios superfluos aunque sí encajando en el lugar adecuado elementos de una ornamentación minimalista, como en “Cans”, el tema que despide un álbum que primero puede parecer menor pero que a medida que avanza, con paso lento pero muy firme, se reivindica sin ruido como uno de los más notables de los últimos meses.
La electrónica quieta de “Soup”, la colorista “Bullets” o la melancolía que envuelve “King” (Nick Drake también está en el horizonte) son sólo tres ejemplos de un trabajo en el que todo está en su sitio. Sería terriblemente injusto que su sencillez, tan lejos de las modas, fuera aplastada por el frenesí habitual.
Siempre mi hermano crciito esta banda y la verdad que con este disco le cerro el cul* a mas de uno incluso a mi hermano, me parece excelente, y me puse contenta cuando lo recomendaron