Debo de reconocer que este nuevo "Silver Eye" -de los casi míticos Goldfrapp- ha requerido algunas escuchas más de lo habitual para intentar concluir en una sola idea coherente, una clasificación certera. Y es que a pesar de ser Goldfrapp en estado puro -Alison y Will están muy en forma, no hay duda- la primera cata de los diez temas del disco puede dejar algo frío, y hasta distante, al oyente. Lo que no cabe duda es que vuelve a ser un buen álbum (no tienen ninguno malo, y van siete), pero a este tipo de artistas hay que exigirles siempre la excelencia. En este caso se trataba de renovarse o morir, pero ni una cosa -¡oh, vaya!-, ni la otra –menos mal-. Al final la cosa se queda un poco corta.
"Silver Eye" supone una acertada sinergia entre "Black Cherry" y "Supernature". En el campa -sobre todo- un electro dark y tranquilote, poco amigo de tonterías y ajeno a modas, siempre sofisticado y a medio tiempo, nada invasivo y altamente sintético, que mantiene ese bello magnetismo de la voz -¿única en su estilazo?- de Alison. Destacan temas como "Moon In Your Mouth", "Zodiac Black", "Everything Is Never Enough", "Systemagic" y "Ocean". Muchos echarán en falta algo más de baile –léase club- frente a tanta atmósfera introspectiva y creupuscular que nos retrotrae a lo ya conocido y alabado. Aun así, uno de los mejores discos de pop electrónico de lo que llevamos de año.
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