Solidaritine
DiscosGogol Bordello

Solidaritine

7 / 10
Adriano Mazzeo — 06-10-2022
Empresa — Das Grand Kapital
Género — Punk

Un disco nuevo de Gogol Bordello siempre funciona como una alarma: un sonido de alto perfil que te recuerda lo muy está mal en el mundo, pero que también tiene el poder de mostrarte una forma positiva y enérgica de enfrentar esos males. ¿Qué mejor momento que este, con una pandemia que no funcionó como agente concienciador y una guerra que, como todas, muestra lo peor de muchos de los estados más poderosos del mundo, para un nuevo disco del combinado liderado por el ucraniano Eugene Hutz? “Solidaritine” –producido a medias entre Hutz y nada menos que Walter Schreifels, conocido por formar parte de Gorilla Biscuits, Quicksand o Rival Schools) es otra muestra de dolor transformado en fuerza, otro golpe de realidad y llamado a la unión. Y también un nuevo caudal de folk-punk del que no podrás escapar si alguna vez el grupo te puso la piel de pollo.

Dueños de uno de los mejores directos de las últimas décadas, la banda se muestra aquí más reivindicativa que nunca, con algo menos de ironía en el mensaje, yendo al grano y mostrando la influencia del folk contestatario más clásico.

En lo sonoro, ese enfoque les deja algo más cerca del sonido de sus primos celtas Flogging Molly, aunque en general “Solidaritine” es un disco variado y abierto de miras. El inicio con “Shot Of Solidaritine” habla fuerte y alto, dice “¡Aquí estamos!” en forma de un ritmo denso, deudor de danzas clásicas de la tierra de Hutz (similar al del hit del grupo “Start Wearing Purple”) para luego subirse a una andanada de punk rock veloz, con voces en español (gentileza del Gogol latino Pedro Erazo) y una clara denuncia a la mierda que se vende en los medios, que solo genera más y más oscuridad. Esa actitud frontal y conmovedora se repite en varios momentos del álbum (la frenética “The Great Hunt Of Idiot Savant”, nueva versión de “Forces Of Victory” junto a los ucranianos de Kazka y Serhiy Zhadan, el cierre con “Huckleberry Generation”) y también hay momentos más sentidos en los que se convoca al alma de la canción combativa (“I’m Coming Out” o su relectura del “Blueprint” de los mismísimos Fugazi).

Los puntos más altos del disco llegan con la típica propuesta de fiesta multicultural (sonoridades jamaicanas incluidas) marca de la casa. En este apartado -quizá el más esperado por todo aquel que alguna vez haya disfrutado de un directo del grupo- aparecen el crescendo de “Gut Guidance”, “Fire on Ice Floe” con un coro para hacerlo de a miles mientras las cervezas vuelan por el aire, el ska punk a la Rancid de “Focus Coin” y los dos mejores momentos del trabajo: “Knack For Life” con ese aire dub que recuerda a aquel temazo llamado “Immigrant Punk” del cuarto disco de la banda y el emotivo “The Era Of The End Of Eras” junto a HR de Bad Brains en lo que se constituye como un rescate histórico de peso para el punk rock.

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