Cuarto trabajo del cantautor de la voz rasgada más dulce de la última década, y el primero que firma junto a la que es su banda de acompañamiento los Pariah Dogs. Una forma de reconocer la inestimable labor de unos músicos excelentes (muy especialmente Greg Leisz, un maestro de la pedal steel con un curriculum más largo que el papiro de la Biblia) que han dejado plena constancia de su categoría, logrando una elegancia sonora reservada solo a los escogidos. Por eso este disco se disfruta no solo por las canciones que atesora, también por la perfecta ejecución de las mismas. Y eso pese a no contar por primera vez con la mano maestra de Ethan Jones en las tareas de producción. Labores de las que se ha encargado el propio LaMontagne con el acierto de no asumir ningún riesgo, solo había que dejarlo rodar. Porque si hay que ponerle una pega a este disco, es quizás lo excesivamente clásico de todo lo que le envuelve. No quiere ni busca ser novedoso. No busca ni quiere una modernidad que no le concierne. Son diez canciones de una sencillez clásica, aupadas por esa forma de cantar que recuerda al arrullo de un riachuelo que pasa de la calma. al rápido y de este a la cascada. Canciones como “Are We Really Through” recuerdan al primer Ben Harper, el himno “New York City’s Killing Me” a Van Morrison, “Like Rock And Roll And Radio” al Neil Young de Harvest Moon, “Devil’s In The Jukebox” a un Ry Cooder ronco, y así hasta completar un álbum que no desentonará nada al lado de tus clásicos.
bonjour bonne anne9e 2010 en ces temps de crise pourquoi ne fereiz vous pas une rubrique d e9change entre proprie9taire de gite comme il sent pratique sur d autre site nous trouvons que sa manque cela nous permettrai de partir en vacances par cher en moyen saison salutations