Glub glub glub

Los leoneses Gente Joven afrontan su tercer trabajo desenvolviéndose en los terrenos de la canción pop más analógica, consiguiendo una ambientación mística que se entrelaza con la forma ligera de perdurar el ruido de fondo que tan bien desarrollaron Migala. Mostrándose cambiantes en todo momento, podemos encontrarnos con unas canciones que en la mayoría de los casos se condensan entorno a un núcleo guitarrero casi acústico e hipnótico en el que los teclados acaban rompiendo la linealidad. Al mismo tiempo, el apartado rítmico también juega una parte destacada, encontrando el dinamismo necesario propio de métricas reconocidas en la canción tradicional.

Por ello, no resulta muy descabellado localizar algunos de los temas en un entorno similar al que se movió Sr. Chinarro en su trabajo homónimo, encontrándonos con la perfecta integración melódica y rítmica. Sin embargo, lo de Gente Joven siempre acaba tirando hacia las bandas menos excéntricas del colectivo Elephant Six como Elf Power, consiguiendo un sonido de tonalidades mate que conserva el tono serio en todo momento. Esto es lo que nos ocurre de forma clara en “El Guardián”, un tema un tanto tétrico que mantiene toda su intriga gracias al apartado ambiental.

En un trabajo impregnado de relaciones de tinte amoroso venidas a menos junto a estampas que el paso del tiempo no ha logrado difuminar, la simbología relacionada con la naturaleza que rodea a los temas resulta fundamental para alcanzar la serenidad precisa y aportar un cierto carácter popular a canciones como “A Flote”. De esta forma, las asociaciones realizadas con ciertos animales suponen un enfoque entretenido, nada forzado y necesario para enfatizar determinados aspectos algo agridulces. Este ejercicio de presentarnos historias que parten de un lado más bien personal, para alejarse totalmente de él gracias al recurso narrativo, se presenta como una de las máximas del trabajo, encontrando la integración perfecta entre estos dos planos. Sin olvidarnos de la capacidad precisa para sumergir las voces entre los sintetizadores, algo que se muestra en su máximo esplendor en “Pamplinas”, podemos encontrar como el encanto propio de las composiciones lo-fi se cuela en la producción, aportando la máxima sensación de realismo. Así es como consiguen un álbum de fotos donde hay muchos detalles por descubrir, todos ellos de lo más vivaces.