How To Be A Human Beign
DiscosGlass Animals

How To Be A Human Beign

8 / 10
Jorge Obón — 19-09-2016
Empresa — Caroline/Music As Usual
Género — Pop

La anécdota de que uno de los de Disclosure, por cuestión de edad, no hubiera pisado nunca un club de baile hasta después de publicar su incendiario álbum de debut, y que el hecho de mezclarse con el mundo de la noche haya producido un segundo disco flojo, y probablemente infectado por el espejismo de la farándula; es el reverso perfecto de estas pretendidas instrucciones de uso de la vida. En tan solo dos álbumes, Glass Animals han conseguido decir mucho bueno sobre ellos, tanto como músicos como seres humanos.

“Zaba” llamó la atención pero era el reflejo de una juventud invertida en mirar el techo de sus habitaciones. Con ese disco bajo el brazo tuvieron más éxito en Estados Unidos que en Gran Bretaña, algo digno de estudio, por cierto. Se marcaron un par de cientos de conciertos que los curtieron lo suficiente como para darse cuenta de que realmente querían dedicarse a este oficio, no siempre fácil, de artistas ambulantes. Enfrentaron sus canciones privadas a un público con ganas de bailar, y vieron que era posible comunicarse de una manera un poco más directa y, para ellos, radical. Dave Bayley dice que no alternó mucho con otros músicos en los innumerables festivales en los que tocaron, pero empezó a quedarse con las historias que les contaban las personas anónimas que se les arrimaban. Las grabó para no olvidarlas, y las fue haciendo suyas poco a poco, mezclándolas con su propia experiencia para hacer nuevas canciones, de esas que tratan de removerte por dentro y por fuera.

Entonces sí, se puede hablar de elementos de hip-hop y r’n’b inyectados en su pop de cámara (oscura), pero no son realmente relevantes, e incluso se podría decir que son coyunturales. Solo son algunas de las herramientas que tenían a mano esta vez, porque lo importante es que “How To Be A Human Beign” es un ejercicio de adquisición de seguridad personal. Desde fuera se ha mezclado el testimonio vital de desconocidos, y la vibración de la noche; y desde dentro se han decidido a usar su aprendizaje cultural, y a mostrarlo, esta vez, sin la vergüenza del principiante; como naturalmente hacen los artistas cuando empiezan a sentirse cómodos con algo que empieza a parecerse a un lenguaje propio. En este sentido, ese segundo disco no tiene el aspecto del típico segundo disco atribulado o rompedor, sino más bien, el de unos tipos que tienen intención de ir, con tiempo, mucho más allá. Claro que eso no se puede aventurar nunca, pero el hecho de que se hayan entretenido en esconder decenas de referencias a clásicos de la cultura pop de las últimas cinco décadas, da una buena pista de por dónde pueden ir los tiros. Aparte, por supuesto, está el disfrute de irlas descubriendo poco a poco, como si estas diez canciones fueran una buena excusa para ir abriéndonos a otros sonidos, series de televisión y libros.

En lo tocante al disfrute musical del disco, tres cuartas de lo mismo. En la primeras escuchas destacan mucho las canciones más inmediatas y los ritmos más trotones o exóticos como el del primer single, “Life Itself”, pero cuando vamos dejando crecer el disco, terminan ganando las partes más oscuras y perversas, como ese extraño “Mama´s Gun”, que realmente no parece la obra de unos (casi) recién llegados, sino que a veces llegan a recordar a los lejanísimos Scritti Politti. Por eso, “How To Be A Human Beign” no nace con la intención de aportar nada realmente nuevo al lenguaje musical de 2016, sino que ha venido para quedarse como fondo de armario para aquellas personas que prefieran, antes que un hype, un álbum compensado en el que es fácil encontrar historias que parece que están escritas para nosotros.

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