Girl At The End Of The World
DiscosJames

Girl At The End Of The World

5 / 10
Raúl Julián — 19-03-2016
Empresa — BMG/[PIAS
Género — Pop

A veces el enfoque lo es todo y resulta determinante a la hora de marcar el devenir definitivo de una obra, llegando a encumbrarla o arruinándola de manera irremediable. Es lo que sucede con el decimocuarto álbum de los británicos James, en el que la mítica formación apuesta por la inclusión indiscriminada de teclados, adornos, sintetizadores, efectos insustanciales y, en definitiva, una electrónica lustrosa y a todas luces recargada.

La banda incide así (profunda y exageradamente) en esa senda iniciada con moderación hace dos años en “Le Petite Mort” (BMG, 14), y que viene alentada por la inapropiada producción de Max Dingel (habitual de The Killers o Muse). Un perfil chirriante que incluso resulta capaz de desterrar la maravillosa voz de Tim Booth fuera del plano principal, tras cubrir las canciones con capas innecesarias y en ocasiones incluso horteras. De este modo, las virtudes latentes en temas como “Feet Of Clay”, “Nothing But Love”, “To My Surprise” o la propia “Girl At The End Of The World” resultan meramente intuidas, al verse devoradas por el implacable y ostentoso acompañamiento.

Los mancunianos sacrifican identidad hasta ver mermada su honesta capacidad para emocionar, quizá obsesionados por el hecho de sonar contemporáneos. Un doloroso error de cálculo que ni el descomunal carisma del grupo es capaz de paliar, después de entregar el que puede ser el fallo más hiriente acontecido a lo largo de tres décadas de carrera.

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