El tiempo pone las cosas en su lugar, pero también toma la parte por el todo y, en ocasiones, magnifica momentos, bandas o artistas de forma algo deslabazada. Veamos el caso de Giorgio Moroder, un creador cuyos logros en el mundo de la electrónica y la disco music devinieron fundamentales para el evolucionar del género, pero tras cuyas espaldas también se cargaban infinidad de momentos sonrojantes. Ahora, para su desgracia y la nuestra, este ex-mago de la electrónica suma más a estos últimos, firmando “Déjà Vu”, un disco que no se sostiene ni enfrentándose a él con el mejor de los ánimos y el más bienintencionado espíritu reconciliador. Quizás por esa distorsión que supone el tiempo, muchos habían pensado que en el reino de Moroder todo eran piedras preciosas (sus inicios, sus trabajos para Donna Summer, los fantásticos discos de Munich Machine), pero no. Moroder también tuvo sus momentos bajos (parte de sus trabajos para el cine) y este trabajo decanta la balanza hacia ese lado.
No interpreten esta reseña como uno de esos ajustes de cuentas o uno de esos sumarse a la corriente de críticas negativas tan habituales a día de hoy, entiéndanlo como una decepción en toda regla. Algunos clásicos de Giorgio Moroder –ahora un respetable abuelo de setenta y cinco años de edad- forman parte de mi vida, de nuestras vidas (algunas conscientemente, otras sin que apenas nos hayamos dado cuenta), pero se me ocurren pocos discos más innecesarios que este. Y más teniendo en cuenta la larga lista de colaboraciones estelares que le respaldan: Sia, Charli XCX, Kelis, Kylie Minogue, Matthew Koma... la mitad de ellos implicados en piezas que casi calcan la guitarrita juguetona de “Get Lucky” (“Tempted”, “Déjà Vu” o “La Disco”, quizás el tema más coherente con quien ha sido, con su ritmo y sus vocoders...), o Britney Spears, que pone voz a la versión de “Tom’s Diner”. Solamente le ha faltado invitar a Icona Pop a la fiesta.
¿Es “Déjà Vu” un horror? Bien, es posible que no lo fuera de estar firmado por otro artista, pero la leyenda de Giorgio Moroder ha estado creciendo continuamente desde que se distanció del mundo de la música. Eso ha sido bueno para su reputación, pero fatal para un disco como “Déjà Vu”, una obra que si ya sería obviable firmada por un cualquiera imagínense por Moroder. Y se lo digo desde el respeto.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.