Antes de empezar, dejemos clara una cosa: Hoy nos ahorraremos las típicas comparaciones entre bandas formadas por mujeres dentro de la escena española, muchas veces sin fundamento musical. A estas alturas resultan bastante casposas y sería hora de que fueran desapareciendo. Dicho esto, podemos comenzar a hablar sobre "Ya dormiré cuando me muera".
La música no es mejor por el simple hecho de que sea seria y afectada, y así lo demuestran Ginebras en este primer larga duración en el que redondean nueve canciones cañeras, divertidas y bailables, capaces de desperezarnos después de unos meses más bien letárgicos. "Ya dormiré cuando me muera" nos ofrece una mezcla entre acordes básicos del pop más fresco y guitarras rasgadas que las componentes del grupo han querido definir como “tonti-rock” o “pop festivo” y que, en definitiva, viene a ser música que desprende buen rollo. Desde “Crystal Fighters” un tema dedicado, en efecto, a los hits de la banda británica y que se convierte por si mismo en un cántico pop coreable, pasando por el ritmo verbenero de “Paco y Carmela”, hasta llegar a un sonido de querencia sesentas como es “Chico Pum”.
Una de las principales virtudes de "Ya dormiré cuando me muera"es como el cuarteto consigue hacer destacar sus letras, llenas de referencias a la cultura pop, en todo momento. Lo vemos en “Campos de fresas para siempre”, en la que interpelan directamente a The Beatles y Yoko Ono, deseando formar parte del baby boom y soñar con haber tenido la oportunidad de verles actuar en directo. O en “Vintage”, en la que, además de quejarse de los abusivos precios de la ropa de segunda mano, nos regalas frases como “Lo bueno de comprar en Malasaña es que te puedes encontrar a Yung Beef o a Carmen Lomana”. Esta misma ironía sobre la vida moderna se hace todavía más presente en otras canciones como “Filtro Valencia”, en la cual critican la censura a los pechos en Instagram y el postureo generalizado, a la vez que hacen referencia a Broncano –han reconocido en más de una ocasión que les encantaría ser entrevistadas en La Resistencia, sueño que esperamos que se cumpla en breve–. Todo tintado de una clara mirada LGTBIQ+ que une las melodías.
Aunque "Ya dormiré cuando me muera" mantiene continuidad estilística con las primeras canciones de Ginebras del EP "Dame 10:36 minutos" (Vanana Records, 19), la contundencia de sonido y el gancho de las letras ha aumentado, haciendo cada uno de los temas del disco extremadamente frescos y pegadizos. Incluso “Cosas moradas” –un tema que consiste básicamente en enumerar elementos de ese color– se convierte en una especie de mantra que no puedes dejar de cantar.
La estética retro pop y naíf del trabajo, tanto de la portada como el videoclip de “Chico Pum” o los lyric videos de “Vintage”, “Paco y Carmela” y “Crystal Fighters”, encajan como un guante con la sonoridad del álbum, aportando la sensación de que nos encontramos ante un trabajo redondo. En el mejor de los sentidos, Ginebras han conseguido definir su personalidad artística –tanto sonora como visualmente– de manera natural, sin encasillarse ni clasificarse, pero posicionándose con seguridad dentro de la escena del pop alternativo en España.
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